Un estudiante que trabajaba como repartidor en la región montañosa de los Pirineos en el suroeste de Francia halló al adolescente británico Alex Batty seis años después de que desapareciera junto con su madre y su abuelo.
Pasada la medianoche, Fabien Accidini repartía medicamentos a las farmacias locales con su automóvil cerca del pueblo de Chalabre.
Estaba lloviendo cuando, a las 3 de la madrugada del miércoles, divisó a un joven que caminaba por el costado de una carretera de montaña no iluminada.
El estudiante de Toulouse aún no lo sabía, pero se había topado con un adolescente de 17 años que había decidido abandonar la vida junto a su madre en una comuna espiritual itinerante.
“Hablamos durante más de tres horas”
Buscaba a su abuela en Inglaterra y llevaba ya cuatro días caminando por los Pirineos.
Era un joven de cabello rubio, bastante alto, vestía un suéter blanco, jeans negros y usaba una linterna para guiarse en la oscuridad.
También portaba una patineta bajo el brazo y una mochila en la espalda, describió Fabien Accidini, que estudia quiropráctica.
El inusual encuentro dejó al repartidor intrigado. ¿Qué hacía este joven en medio de la noche bajo la lluvia?
Regresó, se detuvo y se ofreció a llevar al adolescente. Este aceptó y subió al vehículo. Al principio se mostró bastante tímido y dijo que se llamaba Zach.
“Intentamos hablar en francés, pero noté que su francés no era muy bueno y decidí hablar con él en inglés”, declaró Accidini al periódico local La Dépêche du Midi.
“Hablamos durante más de tres horas. Rápidamente reveló su verdadera identidad, Alex Batty, y luego me contó su historia. Describió cómo su madre lo había secuestrado” cuando tenía 11 años, relató.
Una comuna “un poco extraña”
La historia de la desaparición de Alex Batty comenzó en septiembre de 2017.
Su madre y su abuelo, Melanie Batty y David Batty, habían viajado desde Greater en Manchester (Reino Unido) a Marbella (sur de España) para disfrutar unas vacaciones de una semana.
Según el relato que le contó al repartidor que lo halló, Alex vivió al principio con otras 10 personas en una casa de lujo en España antes de partir a Francia cuatro años después.
Explicó que en 2021 Alex y su madre se habían unido a una “comuna espiritual un poco extraña… alejada de un estilo de vida normal” en los valles de los Pirineos. No mencionó a su abuelo.
El repartidor declaró a la televisión francesa que el joven británico no sabía realmente dónde había estado viviendo; solo intuía que estaba en algún lugar de las montañas entre las regiones de Ariège y Aude, en la frontera suroccidental con España.
Fabien Accidini buscó el nombre de Alex Batty en internet y descubrió quién era.
“Hola abuela, soy yo”
El adolescente tenía sed. Llevaba dinero pero no un teléfono, por lo que Accidini le prestó su móvil y su propia cuenta de Facebook para que le enviara un mensaje a su abuela, Susan Caruana, que también es su tutora legal.
Sus primeras palabras a su abuela en seis años fueron muy breves:
“Hola abuela, soy yo, Alex, estoy en Francia, Toulouse, realmente espero que recibas este mensaje, te amo, quiero volver a casa”.
El estudiante que halló al adolescente declaró a la televisión francesa que este se sentía aliviado por haber abandonado la comuna ambulante.
“Él no quería pasar toda su vida en esa comuna. Quería tener una vida real, con un futuro real”.
Aunque creía que el joven había escapado, Accidini aseguró no tener la sensación de que lo hubieran encerrado de una u otra manera, le pareció que tenía libertad para irse.
Los detectives de Reino Unido ahora tratan activamente de localizar a su madre y a su abuelo.
Aunque Alex Batty confesó que deseaba ser llevado a una embajada en una gran ciudad francesa, el estudiante decidió ponerse en contacto con la gendarmería, la policía militar de Francia.
Condujo hasta Revel, en las afueras de Carcassonne, y lo dejó con los gendarmes locales, que verificaron su identidad, y ahora se encuentra en Toulouse bajo custodia de las autoridades francesas.
El Imparcial