Recientemente tuve la oportunidad de asistir a la ceremonia de graduación de la Ibero Puebla, la universidad jesuita de la región.
El rector en su discurso invitaba los graduados, en ese estilo de combate de los jesuitas, a que nadie les arrebate las ganas de vivir, a que nadie les diga que no pueden, a que nadie destruya sus sueños, finalmente «la vida es lucha».
A lo largo de la historia, reyes, líderes políticos y empresarios de todo el mundo y en todos los tiempos han sido formados en una escuela jesuita.
La Compañía de Jesús es una orden misionera impulsada por un espíritu de combate, similar en estrategia de la milicia, por ello el nombre de «compañía», su objetivo es difundir la fe católica y su principal arma para ello es precisamente la educación, basada en el manual educativo jesuita «Ratio Studiorum» el cual fue creado en 1599.
La compañía de Jesús actualmente cuentan con más de 800 colegios, 2 mil escuelas y 180 universidades en 112 países, los cuales tienen un enfoque distintivo, enseñar a la persona completa: mente, cuerpo y espíritu.
La orden fundada por San Ignacio de Loyola basa su formación en cuatro pilares, utilidad, justicia, humanidad y fe, con la intención de formar ciudadanos del mundo, competentes, conscientes, compasivos y comprometidos».
Vivimos momentos complejos, con enormes retos pero con grandes oportunidades, mejorar el mundo es posible, como lo promueve la orden jesuita, esto a través de la educación pertinente y de calidad pero sobre todo centrada en la persona, «ser para los demás» como misión de vida.
Felicidades a los graduados, seguramente ellos lucharán por un México más humano, justo y fraterno.