Niños de entre uno y tres años que pasan casi tres horas frente a una pantalla escuchan menos palabras nuevas, hablan poco y carecen de comunicación con sus padres. Se trata del primer estudio que vincula estos efectos.
Los niños que pasan más tiempo frente a una pantalla podrían dejar de aprender más de 1.000 palabras nuevas, lo que frena el desarrollo verbal de los pequeños y empeora su comunicación con padres o cuidadores, según detalla un estudio publicado este lunes (04.03.2024) por la revista Journal of the American Medical Association (Jama) Pediatrics.
Investigaciones previas habían asociado el uso prolongado de pantallas con depresión, obesidad y otros males en niños. Ahora, el reciente estudio, el primero de su tipo, pone en evidencia los problemas de comunicación que los niños experimentan por pasar tanto tiempo frente a una pantalla.
Los investigadores sugieren que “el tiempo de pantalla es un mecanismo que puede estar obstaculizando que los niños experimenten un entorno familiar rico en lenguaje durante los primeros años; las intervenciones dirigidas a promover el uso temprano del lenguaje deberían incluir apoyo para gestionar el tiempo de pantalla”.
Los científicos hicieron un seguimiento a más de 220 familias australianas durante dos años para poder revisar el comportamiento y comunicación de los niños -entre uno y tres años- con sus padres.
Los pequeños portaban en su ropa en dispositivo de reconocimiento del habla, que actuaba durante 16 horas cada día. De esta manera, se pudo rastrear la exposición a ruidos electrónicos y otros sonidos de los niños o de los adultos.
“La tecnología que utilizamos es esencialmente como un Fitbit, pero en lugar de contar el número de pasos, este dispositivo cuenta el número de palabras pronunciadas por, para y alrededor del niño”, afirma al The Guardian la autora principal Mary Brushe, investigadora del australiano Telethon Kids Institute.
La conclusión de los autores es que, mientras más tiempo pasaban los niños frente a las pantallas de computadores, televisores o teléfonos inteligentes, más frenaban sus oportunidades de aprendizaje lingüístico, un fenómeno que notaron especialmente en los niños de tres años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda solo una hora al día en el uso de pantallas para niños tres años. En ese rango, los científicos observaron que los pequeños dejaban de escuchar casi 400 palabras dichas por adultos, dejaban de decir unas 294 palabras y perdían 68 instancias de conversación por día.
En las familias australianas estudiadas, los pequeños de tres años pasaban en promedio casi tres horas frente a una pantalla al día. Por lo tanto, esos niños ignoraban hasta 1.139 nuevas palabras dichas por adultos, dejaban de usar 843 palabras y tenían 194 conversaciones menos.
“Estas estimaciones suponen una asociación lineal entre el tiempo frente a la pantalla y la conversación entre padres e hijos”, afirman los autores en el estudio.
“Que nosotros sepamos, ningún estudio realizado desde la rápida adopción de los teléfonos móviles y las tabletas ha hecho un seguimiento real del tiempo que los niños pasan frente a una pantalla y de sus primeras experiencias lingüísticas durante un periodo prolongado”, agrega Brushe.
“Se trata del estudio más sólido que disponemos sobre el tiempo frente a una pantalla y las interacciones entre padres e hijos”, dice también al medio británico Angela Morgan, jefa del grupo de habla y lenguaje del Instituto Murdoch de Investigación Infantil y quien no participó en el estudio.
Morgan agrega que el lenguaje y las habilidades sociales son muy importantes cuando los niños son pequeños: “Es realmente importante que hayan estado estudiando esta cuestión en los primeros años” de vida de los niños.
Lynn Perry, profesora de psicología de la Universidad de Miami y que tampoco participó en el estudio, señala al New York Times que le parecía “impresionante” la forma en que los investigadores hicieron una medición de manera objetiva para demostrar asociaciones “que antes solo eran un supuesto”.
El reciente estudio también pone en cuestionamiento a qué edad deberían los niños tener contacto con pantallas, por ejemplo, cuando ven algún programa infantil educativo. Muchos de estos se crearon para favorecer el lenguaje de los niños, pero los investigadores creen que estos programas no son lo mejor para niños tan pequeños.
Los medios de comunicación deberían trabajar en “permitir una toma de turnos más conversacional y eludir algunos de los aspectos negativos del tiempo frente a la pantalla”, plantea Perry.
Crédito: DW US LATAM