Por: Paul Cabrera
En un esfuerzo por fomentar un mayor discernimiento y cautela en la evaluación de fenómenos presuntamente sobrenaturales, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha emitido nuevas directrices que limitan significativamente la capacidad del Vaticano y de los obispos locales para declarar un evento como sobrenatural. Estas medidas, aprobadas por el Papa Francisco, buscan responder al creciente número de informes de apariciones y otros fenómenos extraordinarios, exacerbados por la rápida difusión en redes sociales.
Bajo las nuevas normas, el Papa es la única autoridad que puede declarar de manera definitiva que un fenómeno es sobrenatural, y lo hará únicamente en casos excepcionales con la aprobación del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En lugar de declaraciones definitivas, el Vaticano ahora solo puede emitir un “Nihil obstat” (no hay objeción), que significa que no existen impedimentos para considerar el fenómeno como tal. El Dicasterio jugará un papel crucial en la evaluación de estos fenómenos. Será consultado y deberá dar su aprobación final antes de que un obispo pueda hacer pública una determinación sobre un evento. Esto busca asegurar un proceso de discernimiento riguroso y centralizado.
Las nuevas directrices ofrecen a los obispos seis posibles conclusiones prudenciales al investigar fenómenos presuntamente sobrenaturales. Estas van desde la mera ausencia de objeciones hasta la prohibición directa de promover el fenómeno. Además, cada caso deberá ser evaluado por una comisión que incluya teólogos, abogados canónicos y otros expertos.
El Vaticano ha señalado un incremento en los informes de apariciones marianas, crucifijos sangrando y otros fenómenos. Este aumento, impulsado por la difusión en redes sociales, requiere un proceso de evaluación más meticuloso para evitar la propagación de falsas afirmaciones. Las redes sociales han facilitado la rápida difusión de estos fenómenos, haciendo imperativo que la Iglesia tenga procedimientos claros y rigurosos para discernir su autenticidad. El objetivo es proteger la fe de los fieles y evitar que sean engañados por charlatanes o falsas apariciones.
La historia de la Iglesia Católica está marcada por apariciones y otros fenómenos extraordinarios, de los cuales solo un pequeño porcentaje ha sido oficialmente reconocido. Ejemplos notables incluyen las apariciones de la Virgen María en Lourdes y Fátima, que se han convertido en importantes destinos de peregrinación. Sin embargo, en la era de las redes sociales, las afirmaciones no verificadas se propagan rápidamente, como el reciente caso de la “Virgen de Trevignano”, que resultó ser no sobrenatural tras una investigación exhaustiva.
Las nuevas directrices también tienen implicaciones para casos como las apariciones en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina. Aunque el Vaticano aún no ha emitido una declaración final sobre estos eventos, el Papa Francisco ha permitido peregrinaciones al sitio, destacando la importancia de discernir cuidadosamente estos fenómenos. “Regular lo sobrenatural siempre ha sido complicado,” comenta David Murgia, experto en apariciones. Las nuevas normas buscan equilibrar la apertura a los beneficios espirituales que pueden surgir de estas experiencias con la necesidad de proteger a los fieles de posibles decepciones.