
La paridad puede ser analizada desde diferentes perspectivas, y una fundamental es la legal, pues existe en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 41; en donde se estableció que los partidos políticos deberían postular paritariamente a sus candidaturas, para los Congresos, tanto a nivel federal como en los contextos locales. Lo anterior nos permite comprender que la paridad no es un elemento circunstancial, pues se trata de una situación que debe ser observada y cumplida, para mantenernos dentro de un marco de legalidad.
Ahora bien, la paridad en el ámbito democrático, más allá de los partidos políticos mencionados, implica que las instituciones electorales deben trabajar en pro de la paridad, y para ello deben de propiciar espacios en donde se pueda ver materializada tal situación. Entonces, se empieza a identificar que la paridad atiende a las voluntades, tanto de las instituciones, como de los sujetos obligados, así como de las y los ciudadanos que se vuelven parte activa del proceso.
Para explicar, con datos duros, cómo es que desde el Instituto Electoral del Estado se ha trabajado en atención a que se cumpla la paridad, se hará mención de algunos datos obtenidos en el pasado Proceso Electoral Estatal Ordinario Concurrente 2023-2024, y Local Extraordinario 2025, en los que: de los 217 cargos para Presidencias Municipales, 78% fueron ganados por hombres, y 22% por mujeres. Para el caso de las diputaciones electas por el principio de mayoría relativa, en apego a lo establecido en el artículo 310, fracción I, del Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla, 65.4% diputaciones propietarias y suplentes fueron ocupadas por mujeres, y 34.6% por hombres. Cabe resaltar que aquí influyen dos factores, uno es el de la posibilidad que se tiene para registrar hombres y mujeres en igualdad de condiciones (situación que se cumple), y otra es la que compete a la ciudadanía al momento de ejercer su voto, y ese es un escenario que depende de la voluntad de los votantes, en decidir por quién votan, para determinar así a un ganador o ganadora de la contienda.
Lo anterior da muestra de que, desde el Instituto Electoral del Estado, no solamente se ha trabajado en atención a la teoría, sino que las labores han llegado a la realidad social, en donde es posible ver que hombres y mujeres trabajan en espacios de la arena política, logrando así un equilibrio entre las partes que en el día a día trabajan en el contexto democrático de Puebla.
Es importante hacer saber a la ciudadanía poblana que, este Instituto seguirá trabajando en trazar un camino propicio para la igualdad, la equidad y la paridad, en donde las voces de mujeres, hombres y personas de la diversidad sexual, sigan siendo escuchadas, y sus acciones continúen trascendiendo positivamente en nuestra entidad, pues de esa manera podremos lograr que exista una representación incluyente y en igualdad de condiciones para las y los participantes de los procesos electorales. La paridad no es un tema de moda, tampoco se trata de una situación temporal, sino que se trata de una constante, que define y caracteriza a nuestra entidad.