Las previsiones meteorológicas de la dana fueron “acertadas y correctas” pese a la incertidumbre que generan estos fenómenos y a la dificultad de predecir su desarrollo, pero en España es “muy necesario” mejorar la cultura de la prevención, ha explicado a EFE Samuel Biener, climatólogo de Meteored.
A pesar de las grandes dudas que originan las danas, el experto ha hecho hincapié en que en días anteriores la gestión de la comunicación a la población por los servicios de emergencia autonómicos pudo haber sido distinta, ya que “algunas medidas en gestión y prevención” se podían haber mejorado, pero estas situaciones son muy complejas en general de predecir, y al final se han dado todos los ingredientes para que se produjera esta gran desgracia.
Biener cree que España debería copiar los modelos de otros países que están acostumbrados a que cuando ocurren estos fenómenos más extremos se paraliza todo, “y aquí en nuestro país cuesta bastante porque hablamos de paralizar la economía durante unos días”.
Además, y con el mismo interés, también se debería revisar el protocolo de actuación para que todas los ayuntamientos gestionen de una forma mas centralizada la situación: “Hay que mejorar muchísimo en la prevención” .
Con al menos 64 víctimas mortales y decenas de desaparecidos por la dana en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, Biener ha recordado que desde el pasado fin de semana los modelos meteorológicos de alta resolución ya apuntaban a la descarga de hasta 400 litros por metro cuadrado en puntos del litoral e interior de Valencia, además de en otros lugares de la fachada mediterránea.
Ante esta situación, ha detallado Biener, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lanzó un aviso especial y después alertó con un aviso naranja (riesgo importante), que con posterioridad elevó a nivel rojo (peligro extremo), pero “estas lluvias incluso han superado con creces el umbral del aviso rojo”.
Si estas lluvias torrenciales se hubieran producido años atrás, en estos momentos, estaríamos hablando de una “catástrofe incluso mayor”, con más fallecidos, ha señalado el experto, quien resalta, como agravante de la catástrofe, que el momento más crítico de las lluvias coincidiera con la vuelta a casa de los ciudadanos tras el fin de la jornada laboral.
A su juicio, las inundaciones también se han agravado por los numerosos barrancos soterrados o constreñidos en la trama urbana, y que cuando ven sobrepasado su capacidad el agua recuperan su cauce y si además hay puentes o taponamiento acaban reventando, generando una importante ola de agua.
Otro punto a destacar -ha continuado Biener- es la sensación de confianza de la gente ante momentos extremos: “Ese día muchos ciudadanos salieron de Valencia cuando no llovía pensando que la situación no era preocupante y de regreso a sus casas se encontraron de lleno con esta situación tan grave”.
Ha sido un gran desastre, que de no haberse avisado con anterioridad probablemente estaríamos hablando de una situación aún mucho mas catastrófica, ha concluido Biener.