El cáncer de huesos es una enfermedad que puede ocasionar dolor intenso e inflamación en el área afectada. Aunque no es tan común, puede desarrollarse en cualquier persona, independientemente de su edad. Pero, ¿qué es el cáncer de huesos?
Se le conoce como cáncer de huesos a los diferentes tipos de cáncer que se desarrollan en las estructuras óseas del cuerpo. De acuerdo con información de la American Cancer Society, se categoriza dependiendo del hueso o tejido afectado, así como del tipo de células que forman un tumor.
Para que tengas una idea más clara, los huesos conforman toda la estructura que sostiene al cuerpo. Aunque la mayoría de ellos son huecos, su capa externa sí es dura, la cual ayuda a cubrir al hueso interior esponjoso que posee una menor densidad.
En cada extremo de los huesos se encuentra un tipo de tejido blando, conocido como cartílago, que actúa como un amortiguador entre los huesos para evitar fricción en cada movimiento. Todo el cuerpo está compuesto de células, hasta los huesos. De ahí que puedan crecer de manera descontrolada, ocasionando tumores que pueden ser benignos o malignos.
Aunque el cáncer de huesos causa dolor en la zona afectada, algunas personas no presentan más síntomas que la aparición de un bulto indoloro, mientras que en otras sí podría desarrollarse las siguientes señales de alerta:
Los síntomas del cáncer de huesos varían según su tipo y la ubicación; por ello, es importante acudir con tu especialista en cuanto notes cambios inusuales en tu cuerpo para que lo descarte o diagnostique a tiempo a través de estudios que ayuden a identificar células cancerosas.
Los principales tipos de cáncer de huesos incluyen los siguientes:
Independientemente del tipo de cáncer de huesos que se padezca, es importante conocer su estadificación, es decir, la etapa en la que se encuentra, el tamaño que tiene y su ubicación.
Ante la presencia de síntomas inusuales, es probable que tu especialista realice algunos estudios como radiografías para ver el interior de los huesos, imágenes por resonancia magnética o tomografía computarizada que proporcionan información más detallada de las áreas que se encuentran alrededor de los huesos.
Una vez que tu especialista realice estas pruebas, podría extraer un pequeño trozo de tejido del cuerpo mediante una biopsia para examinarlo a profundidad, la cual determinará información específica sobre el cáncer (en caso de padecerlo), así como el lugar donde se formó. Dependiendo de la información, tu especialista determinará el tratamiento adecuado.
Cuando el médico confirma un diagnóstico de cáncer de huesos, deberá determinar en qué etapa se encuentra, el tamaño del tumor, la velocidad con la que está creciendo, si ha afectado a otros huesos o si ya se diseminó a otras partes del cuerpo mediante metástasis.
Tratar a tiempo el cáncer de huesos aumenta la supervivencia. De ahí la importancia de no ignorar las señales del cuerpo cuando algo no está bien. En general, los cánceres de huesos pueden tratarse con cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapia dirigida.
Algunos casos se pueden curar por completo, mientras que en otros casos el tratamiento puede controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente. ¡Ya lo sabes, cuídate mucho!
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Crédito: Salud180