Durante 18 años, desde su detención en 2006, ante el torbellino mediático que la ha acosado, Juana Barraza Samperio, acusada de ser asesina serial de ancianas, lo único que ha hecho es escuchar y callar, pero ya se cansó.
Por primera vez ofrecerá su versión de los hechos que la tienen sentenciada a más de 700 años de prisión en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, en una amplia entrevista realizada por la productora Carmen Huete que se transmitirá el sábado por Canal 14, como un programa especial de la serie Cartas para la libertad.
“Soy luchadora, no soy asesina. Que me prueben que me agarraron vestida de enfermera. La culpala tienen los medios de comunicación porque fueron los que me pusieron el apodo, dice, la mujer, nombrada por la prensa LaMataviejitas, en los anuncios dela transmisión.
Hace dos años, cuando Huete comenzó a documentar las historias de las internas de Santa Martha, no tenía contemplado charlar con Juana Barraza, porque, influenciada por toda la cuestión mediática en torno suyo, pensé que ella ya había dado muchas entrevistas. Cuando me la presentaron y estreché su mano, se me vino a la cabeza todo lo que había escuchado de ella y me dio miedo, pensé que era yo quien estaba cayendo en una trampa. La señora me sonrió y en ese momento supe que quería platicar con ella, cuenta Carmen.
Sin embargo, a la productora le costó mucho trabajo convencer a Barraza, de quien circulan libros y programas de televisión que recrean su caso, sin su autorización. El año pasado, Netflix retiró el documental La dama del silencio: El caso Mataviejitas, dirigido por María José Cuevas por problemas con los permisos.
En charla con este diario, Carmen Huete recuerda que al investigar se dio cuenta de que no existían entrevistas con Barraza. Sin lograr convencerla de participar en Cartas para la libertad, la productora concluyó la primera temporada de la serie que consta de 13 capítulos, la cual recibió en diciembre en Colombia el premio a la mejor producción con perspectiva de género, por parte de la red de televisoras públicas de América Latina.
Esos programas fueron vistos por las internas de Santa Martha Acatitla, incluida, por supuesto, Barraza, quien ahora tiene 66 años de edad.
En la serie, explica Huete:“no hablo de los delitos, sino de temas que de alguna manera nos atraviesan de forma estructural como sociedad y, de alguna manera, nos deberían de responsabilizar, como la trata de personas, la violencia intrafamiliar, la discriminación a las mujeres indígenas o trabajadoras del hogar que son engañadas por sus patrones, aunado a las fallas a los debidos procesos judiciales.
Este no es un proyecto para decir quién es inocente o culpable. No soy juez ni abogado, sobre todo en el caso de Juana. Mi único interés con ella fue escuchar a alguien que no ha sido escuchada y que merece el mismo trato que las demás internas con las que hemos conversado.
Justo cuando Carmen y su equipo concluyeron la primera etapa de Cartas para la libertad, hace unos seis meses, Juana Barraza se le acercó y le dijo: si quiero hablar, estoy lista. Estoy cansada de sólo escuchar y callar, escuchar y callar.
Todavía pasaron algunos meses antes de concretar la entrevista porque Juana tuvo un accidente menor cuando durante un traslado de rutina a la torre médica de Tepepan para una revisión se cayó y la tuvieron que llevar al Hospital de Xoco, lo que encendió de nuevo los ánimos de los medios sensacionalistas que siempre la acosan. Circularon incluso versiones de que la iban a dejar libre.
Por fin, en diciembre, se realizó la entrevista, luego de sortear los duros protocolos y filtros para obtener los permisos para grabar a una interna con las características de Barraza.
Es así como el sábado, durante la transmisión del programa especial, el público “podrá conocer, antes que nada, a una mujer a la que se le nota el paso del tiempo, el paso de esos 18 años de 700 que tiene que cumplir en el encierro. Van a escuchar su versión en la que la parte de cómo fue su detención se parece a muchas que ya he documentado en la serie, es decir, con muchos malos manejos.
Me confunde que al venir de un mal proceso, la culpabilidad o la inocencia también quedan en tela de juicio, ¿cómo asegurarnos que las sentencias son justas si todo comenzó mal, lleno de irregularidades? Como sociedad este tema nos debería importar mucho porque, desafortunadamente, no es por asustar, pero nada nos garantiza que no vamos a caer en una situación así, lamentó Huete.
Este trabajo, continuó la productora, “como lección, me ha hecho reflexionar acerca de la humanidad, de lo que somos las mujeres y la falta de empatía y solidaridad, aunque siempre se hable de que ya son temas superados. Sí, pero sólo en unos casos, bajo ciertas circunstancias y en algunos círculos sociales y económicos.
“Pues Juana Barraza Samperio, por ejemplo, es resultado de un doloroso caso de maltrato infantil, de una historia que ninguna niña tendría que vivir. Eso no justifica, pero explica muchas cosas. ¿Qué se puede esperar de alguien tan lastimado desde que nació? Es duro, pero a la vez hay mucha esperanza allá adentro.
“No se trata de romantizar el tema de las cárceles, sino humanizarlo y ponerle atención. ¿Es un castigo ir a la cárcel o un proceso de reinserción?
“Juan Barraza verá el programa el sábado. Está contenta y muy tranquila con lo que dijo. Al principio estaba nerviosa porque las cámaras le recordaron su detención y cómo le cayó encima la prensa, de manera desalmada, orquestados, por supuesto, por quien en ese entonces estaba a cargo del caso. Pero le gustó hablar, dijo que se sintió más ligera, concluyó Huete.
La Jornada