Los sectores afines al expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) descartaron este viernes hacer la pausa en los bloqueos de carreteras sugerida por el también líder oficialista y tildaron de “criminal” al Gobierno de Luis Arce por el operativo militar y policial para despejar la ruta que une el centro y oeste del país.
En una declaración transmitida por la radio cocalera Kawsachun Coca, el dirigente campesino Humberto Claros señaló que las “bases” y las “organizaciones matrices” movilizadas “no aceptan ningún cuarto intermedio”.
“El bloqueo nacional de caminos persiste y va a seguir con mucha más fuerza y más contundencia”, sostuvo Claros.
El dirigente valoró que Morales haya sugerido que cese el bloqueo porque “no quiere más derramamiento de sangre” y también destacó su decisión de iniciar una huelga de hambre ante lo que consideró una “brutalidad del Gobierno de Luis Arce”.
“Que nadie se atreva ahora a culparle al hermano Evo por las movilizaciones futuras que van a persistir en el bloqueo nacional indefinido de caminos”, manifestó.
También tildó de “criminal” y “dictador” al Ejecutivo por haber dispuesto el operativo policial y militar ejecutado en esta jornada para despejar el lugar donde se concentraba la mayoría de los manifestantes.
Morales pidió en la tarde a sus seguidores que consideren “analizar un cuarto intermedio del bloqueo de caminos” para evitar “hechos de sangre” y anunció que iniciará una huelga de hambre en el Trópico de Cochabamba, su bastión sindical y político, para forzar al Gobierno a dialogar sobre las demandas políticas y económicas de sus sectores leales.
Para que ese diálogo “sea viable, responsable y tenga resultados”, el exgobernante pidió “la participación de algunos organismos internacionales o países amigos”.
Además señaló que “no es sencillo escuchar permanentemente” que algunos digan “que es un bloqueo del Evo o del ‘evismo'” y aseguró que “varias veces” logró convencer antes a sus seguidores de no ejercer esta medida de presión que finalmente se cumplió porque, según dijo, el Ejecutivo no atendió sus demandas.
El operativo logró despejar el paso por la carretera que conecta la región central de Cochabamba, la más afectada por los bloqueos, con el oeste del país, pero los cortes de vías persisten en las dos rutas hacia el departamento oriental de Santa Cruz, el motor económico de Bolivia.
El líder del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) está atrincherado en el Trópico de Cochabamba, donde cumplirá la huelga de hambre, ante la posibilidad de que emitan una orden de captura en su contra por los procesos de trata de personas y estupro.
Sus seguidores bloquean rutas en Cochabamba desde hace 19 días para que se retiren los procesos judiciales contra Morales, para exigir una solución a la situación económica del país y por la defensa de la candidatura presidencial del líder oficialista para los comicios de 2025.
Las autoridades han señalado que las pérdidas económicas superan los 1.700 millones de dólares y que se agravaron los problemas de desabastecimiento de combustibles e inflación por los bloqueos.
El presidente Luis Arce denunció que “grupos armados afines a Evo Morales” tomaron “por asalto” tres unidades militares, incluidos los lugares donde se guarda armamento, y retienen “como rehenes a militares y a sus familias, y amenazando sus vidas”.
Arce y Morales están distanciados desde 2021 por diferencias en la administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la directiva nacional del MAS y elegir al candidato oficialista para las elecciones de 2025.