Seísmos simultáneos a erupción volcánica pudieron contribuir a la destrucción de Pompeya

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La destrucción de la ciudad romana de Pompeya el 79 d.C. no estuvo solo marcada por la erupción del Vesubio, el volcán aún activo en la zona de Nápoles, sino que los terremotos simultáneos fueron otro elemento que sembró muerte y devastación, revela una investigación en la revista Frontiers in Earth Science.
“La sismicidad sin-eruptiva contribuyó como factor de destrucción de la ciudad y muerte de sus habitantes”, según el estudio publicado esta semana y realizado por científicos del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia.
La destrucción de Pompeya, en la región de Campania, se ha tendido a reconstruir hasta ahora como una “sucesión de fenómenos volcánicos y efectos relacionados”, entre los que hay la caída de fragmentos sólidos de lava sobre los techos de las casas o “la presión dinámica ejercida por las corrientes piroclásticas sobre los edificios”.
Ante ello, según los expertos que hicieron el estudio, el mundo científico descuidó otros efectos clave que pudieron agravar la destrucción de Pompeya, como los seísmos simultáneos a la erupción.
“Los efectos potenciales de la sismicidad sin-eruptiva están descritos por un testigo ocular de la catástrofe como Plinio el Jóven”, erudito y científico de la antigua Roma que describió los temblores que acompañaron la tragedia en sus cartas (Epístolas) a otro erudito de la época como Tácito, explican los científicos.
Según remarcan, en una reciente excavación en la llamada ‘Insula dei Casti Amanti’, estructura en el centro de Pompeya que albergaba varias casas y una panadería, “se descubrió la peculiar evidencia de derrumbes de edificios” que se sumieron sobre dos personas que murieron por este incidente.
Esto inspiró “una investigación multidisciplinaria que involucró arqueología, vulcanología y antropología”. Se recopiló “información sobre la técnica de construcción de las estructuras de mampostería, la estratigrafía volcanológica, el patrón traumático de fracturas óseas de los esqueletos” o la “detección de desplazamientos de las paredes”, lo que llevó a “consideraciones arqueosismológicas”.
“Nuestras conclusiones apuntan a la incidencia de fallas sin-eruptivas inducidas por terremotos” en las estructuras de mampostería analizadas.
Según los investigadores, “los colapsos estructurales son cronológicamente consistentes con el inicio de la fase de formación de caldera de la erupción que fue acompañada por fuertes choques sísmicos”.
A su vez, “las lesiones por aplastamiento de los esqueletos de los dos individuos” encontrados en la estructura excavada son parecidas con los tipos de heridas que se registran en seísmos modernos.
“Esto demuestra que, además, de otros fenómenos volcánicos, los efectos de la sismicidad sineruptiva” fueron “importantes” en la destrucción de Pompeya. Ante ello, “se sientan las bases para un estudio más amplio” sobre este asunto, defienden los científicos de la investigación. EFE
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