Los Ángeles, 16 Feb (Quién).- Sharon Stone pasó por el quirófano en 2001 después de que le detectaran tumores benignos de gran tamaño, en ambos pechos y le informaran que la única opción era extirparlos.
Sharon tenía claro que la prioridad era superar la enfermedad y le repitió varias veces a sus médicos que no dudaran en hacerle una doble mastectomía si una vez en la mesa de operaciones descubrían que padecía cáncer. Por suerte no fue así, y cuando estuvo razonablemente curada, Sharon acudió a un cirujano plástico para someterse a una reconstrucción. La operación en sí se desarrolló sin problemas; lo que no estaba previsto era que le pusieran prótesis más grandes de lo que ella había pedido. “Me dijo: ‘Hemos decidido que te quedaría mejor’. Me quedé allí de pie, tratando de decidir si mi puño encajaría bien entre sus dientes. Sentía tan rabia… Me alegro de que esté muerto”, dijo Sharon Stone en entrevista para InStyle.
Sharon se despertó para descubrir que le habían puestos unos pechos que define como gigantescos y que le resultaban totalmente ajenos. Puede que su reacción visceral al fallecimiento del médico pueda parecer extrema, pero Sharon no olvida lo que le respondió cuando ella le pidió explicaciones. Para su sorpresa, en lugar de mostrarse arrepentido por haber cambiado su cuerpo sin su consentimiento, el hombre le dijo que había pensado que estaría más guapa con senos más grandes, acordes al tamaño de sus caderas.