
Los soldados ucranianos anhelan la paz, pero advierten de que las concesiones propuestas en plan de paz de EE.UU. no harán más que fortalecer a Rusia e incentivarla para que continúe su agresión.
Los militares que hablaron con EFE desde sus posiciones apremian a los socios extranjeros de Ucrania a enviar más ayuda para mejorar su situación en el frente y reforzar la posición negociadora de Kiev.
Las conversaciones acerca de las demandas rusas -que incluyen la retirada de Ucrania de la zona de Donetsk que todavía controla y un veto a su entrada a la OTAN, además de limitaciones al tamaño de su Ejército- son “palabras vacías”, dice Vasil Vovk, de la 36 Brigada del Ejército ucraniano.
“Los rusos nunca aceptarán parar la invasión y comenzar verdaderas negociaciones si no sufren un golpe fuerte. Toda su historia nos enseña esto”, dice por videoconferencia y pertrechado con su chaleco antibalas Vovk, que es astrónomo de profesión en su vida civil.
Ceder Donetsk sería un “error enorme”, como el que hicieron los aliados cuando “permitieron” a la Alemania nazi capturar la región checoslovaca de los Sudetes en 1938 en un intento en vano de evitar la II Guerra Mundia, argumenta Vovk.
“Esto serviría a Rusia de trampolín para atacar otras zonas”, subraya el soldado.
Vovk rechaza la idea -atribuida al entorno de Donald Trump- de que Kiev está condenada a una derrota inevitable si no acepta las concesiones propuestas. “Las cosas están difíciles, pero la situación no es ni mucho menos tan dramática como la pintan los asesores de Trump”, declara.
En su opinión, Washington y otros socios de Ucrania pueden ayudar a decantar la balanza en favor de Kiev con un incremento de los envíos de armamento y de información de inteligencia.
Vovk también se muestra convencido de que la entrada de Ucrania a la OTAN no haría más que reforzar a la Alianza. “Sólo habrá seguridad real en el continente cuando compartamos nuestra experiencia con los aliados, de Finlandia a Turquía”, señala.
La pérdida del apoyo de EE.UU. si Ucrania rechaza un acuerdo desfavorable tendría consecuencias, reconoce, pero no acabaría con la resistencia ucraniana. “Si entregamos Donetsk (en el este), los rusos acabarán llegando a Leópolis (en el extremo occidental de Ucrania)”, advierte.
Otros soldados tienen opiniones distintas.
“Todos aquí quieren que esta guerra sin sentido pare. Es una pérdida de recursos enorme y esta tierra quedará envenenada muchos años”, dice Anatoli, un sargento que lucha en la región de Járkov, mientras muestra un dron de gran tamaño que logró derribar antes de que atacara su vehículo.
Después de más de tres años y medio combatiendo, este antiguo albañil sigue siendo consciente de la necesidad de parar a los rusos antes de que se acerquen a su región natal de Volinia (oeste).
Pese a ello, Anatoli está cada vez más abierto a hacer concesiones si éstas llevan a poner fin de verdad a la guerra y garantizan la supervivencia de la identidad ucraniana.
“Lo único que es quizá inaceptable es hacer del ruso lengua oficial del Estado al nivel del ucraniano”, afirma.
Anatoli no está sin embargo seguro de cómo obligar a Rusia a renunciar de una vez a su intención de subyugar a Ucrania.
Si los rusos se quedan con territorios ucranianos, dice Víktor, un ingeniero de drones de Leópolis que fue movilizado hace seis meses, creerán que la guerra está justificada.
“Les motivará para que ellos y sus futuras generaciones continúen su agresión contra países vecinos”, dice a EFE.
Víktor cree que aceptar las condiciones rusas sólo dará a Ucrania una breve pausa que Rusia aprovechará para preparar una nueva invasión en mejores condiciones que una Ucrania muy diezmada.
El ingeniero militar cree que Ucrania tendrá que luchar durante un largo período de tiempo para conseguir condiciones aceptables de paz, que a su juicio deben suponer “como mínimo” volver a las fronteras previas a la invasión a gran escala.
Al igual que otros soldados, Víktor reconoce los muchos retos a los que se enfrenta su Ejército, entre las que destacan las dificultades para encontrar suficientes soldados y dar descanso a las tropas. Sin embargo, no ve más opción que intentar resolverlos.
“Al mismo tiempo, necesitamos más asistencia militar y más sanciones de Europa y EE.UU. contra Rusia”, subraya.