
Los 21 agrupamientos y batallones que formaron el Ejército de Oriente, incluídas las 4 baterías de Batalla, los Lanceros de Oaxaca y Guerrero, los batallones fijos de Morelia, Veracruz, así como los xochiapulcas, teteleneses y zacapoaxtlas que participaron en la batalla de Puebla del 5 de Mayo, fueron evocados por sus hazañas en la 27 escenificación de esa gesta heroica.
El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, asistió a la escenificación que sumó a 2 mil 218 militares, quienes representaron en el Noveno Regimiento de la 25 Zona Militar, que durante meses se preparó por los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En el marco de la representación encabezada por Héctor Ávila Alcocer, comandante interino de la Sexta Región Militar; Santos Gerardo Soto, comandante de la 25 Zona Militar, así como el coordinador de la Guardia Nacional en Puebla, Vicente Javier Mandujano, se contó con la presencia de las titulares de los Poderes Legislativo y Judicial del estado, así como de las y los secretarios de Gobernación, de Desarrollo Turístico, Seguridad Pública, Arte y Cultura, y el Fiscal General de la República de Puebla, así como el presidente municipal, José Chedraui.
Los asistentes con respeto y emoción, presenciaron la recreación del histórico enfrentamiento entre el ejército mexicano, liderado por el general Ignacio Zaragoza, y las fuerzas francesas de Napoleón III, al ser un acto de profundo simbolismo nacional.
Desde los tambores de guerra hasta los vítores de los soldados, cada momento celebró el valor de aquellos hombres que, bajo el mando de Zaragoza, Negrete y Berriozábal, enfrentaron con firmeza a uno de los ejércitos más poderosos del mundo. “Nuestros enemigos son los primeros del mundo, pero nosotros somos los primeros hijos de México”, resonó en la voz de los actores-soldados, evocando la célebre frase que sigue encendiendo el corazón patriótico de generaciones enteras.
En medio de uniformes impecables, banderas y fusiles al hombro, la representación también recordó el contexto de aquella lucha: la resistencia de Benito Juárez frente a una intervención político-militar motivada por la deuda externa y el interés imperialista europeo. Fue también una lección viva sobre cómo el nacionalismo, la dignidad y la unidad lograron sostener la soberanía de un país en construcción.
Esta escenificación demuestra la lealtad y compromiso de las Fuerzas Armadas Mexicanas con la historia, la patria y su pueblo, mientras el público rompía en aplausos al ver ondear la bandera tricolor sobre los cerros simbólicos de Loreto y Guadalupe.
Con este tipo de eventos se fomenta el sentido de pertenencia nacional, especialmente entre las nuevas generaciones. La participación activa de estudiantes, familias y militares en esta ceremonia cívica fue reflejo de una Puebla que no olvida su historia y que honra su papel central en la defensa de la nación.
Al grito final de “¡Viva la independencia nacional! ¡Viva la patria!”, se selló una jornada emotiva donde la memoria, el honor y el orgullo mexicano brillaron con fuerza. El 5 de Mayo no es solo una fecha; es un símbolo eterno de que la dignidad de un pueblo unido puede triunfar ante cualquier adversidad.