La opinión pública alrededor del mundo consideraba culpable a Trump en el juicio en Nueva York aunque había dudas sobre si un jurado popular, de forma unánime, lo encontraría así. No hubo juicio nulo (mistrial) ni desacuerdo entre los miembros del jurado. Culpable de todos los 34 cargos por falsificar registros contables de la campaña 2016 para encubrir su relación extramarital con una actriz porno. El veredicto es resultado de la contundencia de la evidencia, pero también de una estrategia de defensa equivocada (negar todo). Trump enfrenta, además, otros tres procesos criminales, aunque no se prevé que ninguno sea llevado a juicio antes de las elecciones: uno estatal (Georgia) por tratar de alterar el resultado de la elección de 2020 y dos federares, por sustracción ilegal de documentos clasificados y por conspiración en el asalto al Capitolio.
Se trata del primer ex presidente de EU convicto por delitos criminales. ¿Cuales serán las consecuencias para la democracia y la justicia estadounidenses? Entramos en territorio desconocido sobre el que hay pocas certezas. La sentencia contra Trump se conocerá el 11 de julio, apenas tres días antes de su “coronación” como candidato republicano a la presidencia. Podría ir a la cárcel. Pero aún si fuera condenado a servir tiempo detrás de la rejas podría continuar como candidato y ser elegido presidente. Trump seguramente apelará pero no es posible saber cuando se resolvería tal apelación. Hay muchas dudas sobre qué pasaría si el republicano gana las elecciones. Dado que se trata de un crimen estatal, no federal, Trump no podría perdonarse. ¿Se suspendería su sentencia?
Por lo pronto, ambas campañas están tratando de explotar la situación. Como era de esperarse, Trump se victimizó de inmediato declarándose prisionero político. La campaña del republicano registró un incremento extraordinario en contribuciones en cuanto se hizo público el veredicto. La de Biden clama a los cuatro vientos que la única manera de evitar que un delincuente sea presidente de EU es reelegir al demócrata. Según las encuestas, una mayoría de republicanos no tenía objeciones de votar por él a pesar de sus múltiples problemas judiciales, citando la presunción de inocencia y, en muchos casos, argumentado que se trataría de acusaciones motivadas políticamente. Sin embargo, muchos señalaron que dejarían de apoyarlo en caso de ser encontrado culpable. ¿Ocurrirá así?, ¿qué harán esos republicanos, apoyarán a Biden o preferirán abstenerse? Habrá que estar atentos a las encuestas y a las reacciones del establishment republicano en los próximos días.
Pese a las enormes presiones, las instituciones estadounidenses han funcionado, mostrando gran resiliencia y confirmando que nadie está por encima de la ley. ¿Qué consecuencias tiene para México? Es demasiado pronto para saber. Mientras tanto, tendremos que estar pendientes de las reacciones de las candidatas y, sobre todo, del presidente López Obrador para confirmar o no su debilidad por Trump y evaluar que tan envenenada será su herencia en la relación con EU.
Crédito: El Universal Online