
Pese a la indignación generada por el más reciente caso de corrupción del sector energético de Ucrania, los ucranianos se centran en apoyar a sus fuerzas armadas, que mantienen la defensa contra la agresión rusa, y esperan que la trama delictiva no tenga destructivas repercusiones políticas nacionales o internacionales.
“No debemos permitir que estas revelaciones nos desanimen a la hora de ayudar a nuestros hombres en la primera línea. Tenemos que seguir protegiendo a la gente corriente como nosotros”, declaró a EFE Vita Shvartskop, empresaria privada.
Con sede en la pequeña ciudad de Rozhishche, en la región noroccidental de Volin, Shvartskop ha sido un enlace vital entre los soldados y la comunidad local, pues, entre otras cosas, ha recaudado fondos y dado respuesta a las numerosas solicitudes que llegan desde el campo de batalla.
“Personas como Timur Mindich siempre encontrarán la manera de escapar. Pero usted y yo vivimos y seguiremos viviendo aquí, por lo que salvar Ucrania es nuestra tarea compartida con el ejército”, escribió en una de sus publicaciones en la red social Facebook, al aludir al presunto cabecilla de la trama.
Dadas las enormes necesidades en el frente, ella se encarga de proveer a las defensas ucranianas de logística como excavadoras o armaduras improvisadas.
Los mecánicos locales reparan vehículos de segunda mano adquiridos en Polonia para su posterior uso logístico en el frente, mientras que las redes de pesca usadas enviadas desde puertos europeos llegan a las calles de Jersón, en el sur ucraniano, para proteger a los lugareños de los drones kamikazes rusos.
“Me sorprende cómo la gente común está tan dispuesta a ayudar”, dijo Shvartskop a EFE.
“No todo el mundo tiene dinero, así que hacen lo que pueden: descargar ayuda o reparar los coches de forma gratuita”, abundó antes de apuntar que “rara vez hay una familia sin alguien luchando en el frente”, algo que explica, según ella, por qué el apoyo público se mantiene estable independientemente de los trastornos políticos.
Aunque el último escándalo de corrupción ha sido doloroso, no ha supuesto una gran sorpresa.
“Todo el mundo sabe que la corrupción existe en diferentes niveles. Erradicarla llevaría muchos años”, afirmó Shvartskop.
“Pero solo si Ucrania detiene a los rusos y preserva su democracia habrá una oportunidad real de evitar que estas cosas vuelvan a suceder en el futuro”, añadió.
Las revelaciones continuas han desencadenado las mayores tensiones políticas en Ucrania desde que comenzó la invasión a gran escala de Rusia en 2022.
Los opositores al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ven la implicación de sus ministros en el complot como una oportunidad para debilitar su control del poder.
El partido opositor Solidaridad Europea, que cuenta con 27 escaños en el Parlamento, ha pedido la dimisión de todo el Gobierno y la formación de una nueva coalición parlamentaria.
La unidad interna del partido Servidor del Pueblo, la formación de Zelenski, que cuenta con una mayoría de 229 escaños, está en entredicho.
Algunos legisladores han pedido al presidente que destituya a su influyente jefe de gabinete, Andrí Yermak, por no haber evitado la trama o, incluso, por su posible implicación en la misma.
El carácter altamente público de la investigación en curso por parte de los organismos anticorrupción, que recurrieron a los medios de comunicación sin que se conozca aún el alcance total de las pruebas recabadas, causa preocupación, explicó a EFE Anton Grushetski, director del Instituto Internacional de Sociología de Kiev.
Según las encuestas de dicho instituto, realizadas antes del escándalo, los ucranianos apoyan que se exija responsabilidades al Gobierno, pero siguen recelosos ante cualquier riesgo para la estabilidad interna.
Grushetki calificó de “triste” que políticos como Yulia Timoshenko o Petro Poroshenko, en los que no confía el 70 % de los ucranianos, traten ahora de explotar esta situación por motivos políticos en lugar de centrarse en cuestiones institucionales.
Independientemente de los detalles que pueda revelar la investigación, Grushetski también subrayó que no debe poner en peligro el apoyo extranjero que Ucrania necesita para repeler la presión rusa en el frente y los ataques contra sus ciudades e infraestructuras energéticas.
“La nación ucraniana está sangrando, pero sigue luchando. Una familia enterrada bajo los escombros de su casa destruida por un ataque con misiles rusos no es culpable de los crímenes de ciertos individuos deshonestos”, subrayó Grushetski.
Esos crímenes “no privan a los 30 millones de ucranianos de su derecho a la autodefensa y la supervivencia”, abundó Mikola Bielieskov, del Instituto de Estudios Estratégicos, en sus redes sociales.
“Ucrania es más grande que cualquier persona o que el Gobierno actual. Espero que muchos comentaristas, tanto nacionales como extranjeros, lo recuerden”, concluyó.