‘Under the Bridge’: la nueva serie cuenta la historia real de una niña canadiense asesinada por sus compañeros

Reena Virk

El 14 de noviembre de 1997, en los tranquilos suburbios de Victoria, capital de la provincia de Columbia Británica (Canadá), Reena Virk, de 14 años, fue salvajemente golpeada y ahogada por un grupo de adolescentes. El atroz crimen se convirtió en una sensación mediática debido a que, en ese entonces, la violencia que involucraba a niñas y adolescentes generaba gran conmoción en la sociedad.

Rebecca Godfrey, escritora de Victoria, fue una de las personas cautivadas por la terrible historia de la joven asesinada en su ciudad natal. Mientras escribía su primera novela (The Torn Skirt, de 2001), Godfrey recibió numerosas llamadas de amigos sobre el asesinato. “Volví a casa poco después [de que había ocurrido el asesinato] y fui a la prisión”, declaró a la revista Interview Magazine en 2019. “Me sorprendió ver que todas las chicas parecían adolescentes normales, agradables, nada en ellas me hizo pensar que eran asesinas”.

Durante los seis años siguientes, Godfrey llevó a cabo una investigación exhaustiva, entrevistó a los acusados y presenció los juicios. Su búsqueda de la verdad se vería reflejada en su libro de 2005, Bajo el puente.

En la actualidad, los acontecimientos detallados en el best seller de no ficción de Godfrey fueron plasmados en la nueva serie Bajo el puente, disponible en la plataforma de contenidos Hulu. Bajo el puente se centra en la investigación de Godfrey del horripilante asesinato de Virk, es protagonizada por la actriz nominada al Óscar Lily Gladstone (Los asesinos de la luna) cuyo personaje es la investigadora de ficción Cam Bentland, y por Riley Keough (Todos quieren a Daisy Jones) como la mismísima Godfrey.

Virk había sido víctima de acoso escolar, sus compañeros de clase la molestaban de forma constante por su contextura física, su aspecto y su religión. Hija de padre indio, Manjit, y madre indocanadiense, Suman, ambos Testigos de Jehová devotos, Virk quería ser aceptada en su entorno, conformado en su mayoría por niños y niñas blancos. En un intento desesperado por conseguir más libertad, denunció falsamente a su padre por acoso sexual y fue trasladada por un período breve a un hogar de acogida en 1996. Sin embargo, los cargos fueron retirados rápidamente y Virk regresó a su casa.

Alrededor de un año después, un grupo de compañeros de la escuela invitaron a Virk a una fiesta, la joven conocía a dos de ellos por el sistema de hogares de acogida. Entusiasmada por la invitación, aceptó sin dudarlo. La fiesta, que comenzó detrás de la escuela, se trasladó hasta un puente cercano conocido como Craigflower después de que la policía irrumpiera en el lugar.

Alrededor de las once de la noche, una adolescente se acercó a Virk y la acusó de difundir rumores. De repente, la joven apagó su cigarrillo en la frente de Virk y en poco tiempo se le unieron siete agresores más (seis mujeres y un varón) de entre 14 y 16 años, quienes comenzaron a propinarle patadas y golpes de puño. El ataque continuó hasta que Virk consiguió levantarse y cruzar tambaleándose el puente, su intención era llegar a la parada de autobús para irse a su casa.

A continuación, dos de los adolescentes, Warren Glowatski (16) y Kelly Ellard (15), arrastraron a Virk de nuevo al agua, la golpearon y la ahogaron en el río Gorge de Victoria. Ocho días después, las autoridades recuperaron su cadáver. El informe de la autopsia reveló “lesiones internas en la espalda y el abdomen compatibles con patadas y pisotones”.

En febrero de 1998, seis jóvenes que habían participado en la emboscada inicial, pero que no habían ahogado a Virk, fueron procesadas en un tribunal de menores. Las seis fueron condenadas por agresión con lesiones y se les impuso una pena condicional de 60 días a un año de prisión.

El juicio por asesinato de Virk comenzó en 1999. Glowatski, que entonces tenía 18 años, fue juzgado como adulto y condenado por asesinato en segundo grado. “La violencia no es un juego”, dijo el juez Malcolm Macauley a Glowatski ante el tribunal, “la muerte de Reena Virk y las vidas que se destruyeron irremediablemente, incluida la suya, son un claro ejemplo”. Glowatski fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional durante siete años.

Al año siguiente tuvo lugar el juicio de Ellard, que también fue juzgada como adulta y condenada por asesinato en segundo grado. Sin embargo, el tribunal anuló la condena de Ellard en una apelación y ordenó un nuevo juicio. En los años siguientes, Ellard, cuyo nombre actualmente es Kerry Marie Sim, sería juzgada tres veces más por el asesinato de Virk, antes de que el Tribunal Supremo de Canadá confirmara su condena original a cadena perpetua en 2009.

Los padres de Virk llevaron adelante una lucha incansable por 12 años para que los responsables de la muerte de su hija fueran condenados. “Durante mucho tiempo nuestras vidas giraron en torno a la burocracia de los tribunales, el dolor de nuestra hija asesinada y las sentencias aplazadas”, declaró Suman, la madre de Virk, a Global News Canadá en 2012. “Es como si nuestros sentimientos y nuestro duelo hubiesen estado bloqueados, recién ahora sentimos cuánto nos afectó esto, las emociones, los sentimientos”.

Tras siete años en una prisión federal, Glowatski fue puesto en libertad condicional diurna en 2007, lo que le permitía participar en actividades durante el día para luego regresar a prisión o a un centro de reinserción social por la noche. En 2010, cuando Glowatski tenía 29 años, se le concedió la libertad condicional plena.

En la audiencia, Glowatski, quien se sometió a una importante rehabilitación, dijo al tribunal que había estado en contacto con los padres de Virk y que ellos lo habían perdonado. “No queremos oír nada más sobre él. Espero que todo esto termine de una vez y que realmente él le haya dado un giro a su vida, por su bien y por el nuestro”, dijo Suman en aquel momento, según CityNews el medio local de noticias de Vancouver. “El tiempo ha marcado la diferencia. Creo que el dolor por el duelo y la pérdida se ha disipado, nuestras vidas continuaron. Acabamos de ser abuelos”.

Ellard, por su parte, dio a luz a su primer hijo en 2016 después de que se le permitiera una visita conyugal con su novio en libertad condicional federal. Dio a luz de nuevo en 2022, pero declinó la oportunidad de obtener la libertad condicional completa, y explicó: “Dadas las circunstancias, no estoy preparada”, según Saanich News. En 2023, seguía cumpliendo la libertad condicional diurna. A diferencia de Glowatski, Ellard nunca hizo las paces con Suman y Manjit e insistió durante mucho tiempo en que era inocente; hasta que en 2016, cuando la oficina de libertad condicional le preguntó quién era responsable de la muerte de Virk, Ellard finalmente respondió: “Creo que soy yo”.

Los afligidos padres de Virk dedicaron su vida a viajar por el país y a desarrollar campañas contra la violencia y programas contra el acoso en las escuelas canadienses.

“Me aferro a la idea de que seguir adelante nos fortalece. Cuando cuento la historia de Reena en las escuelas y en distintas charlas, muchos estudiantes se acercan a mí para decirme que han sido acosados, otros admiten que han acosado a sus compañeros, y juran, entre lágrimas y disculpas, que nunca volverán a hacerlo”, escribió Manjit en un artículo de opinión de 2019 para el The Globe and Mail. “Ojalá alguien del grupo hubiera hablado cuando vieron sufrir a Reena, y hubiera dicho: ‘Esto está mal’. Por eso alzo mi voz, para que nuestros hijos aprendan también a alzar su voz ante una injusticia. Es mi deber hacerlo”.

Bajo el puente está disponible en la plataforma Hulu.

Crédito: The Independent

En línea noticias 2024