
La Unesco abrió este miércoles un taller de tres días en El Cairo para formar una comunidad colectiva de profesionales de diferentes sectores para capacitarlos para la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales, con el foco puesto en Sudán y en la Franja de Gaza.
“Creo que es importante comunicar la gravedad del problema, las consecuencias de este conflicto y cómo Sudán, Gaza y el patrimonio cultural de ambos no pueden esperar”, afirmó la directora de la oficina de la Unesco para Egipto y Sudán, Nuria Sanz, durante la apertura de esta taller interregional en el centro de El Cairo.
Afirmó que el seguimiento y la lucha contra el tráfico ilícito es “parte del ADN” de la agencia de Naciones Unidas, y que ya tiene “mucho conocimiento acumulado” de estos crímenes que siguen ocurriendo.
Sanz puso el ejemplo de cómo están trabajando a través de fuentes abiertas en Internet para detectar y seguir los artefactos que han sido saqueados de los diferentes museos en Sudán en el contexto de la guerra en curso entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), iniciada en abril de 2023.
Uno de los gravemente dañados es el Museo Nacional de Sudán, el más grande del país africano, que recientemente ha sido recuperado por el Ejército sudanés en el marco de su ofensiva, en la que lograron arrebatar Jartum, la capital de Sudán, a los paramilitares.
Según la información de la Unesco, en mayo de 2023, tan sólo un mes después del inicio de la guerra, las FAR saquearon y dañaron el museo, mientras que en junio comenzaron a aparecer en venta en línea a través del portal eBay artefactos saqueados de diferentes museos y ya en octubre de ese mismo año surgieron los primeros informes de artefactos sacados fuera de Sudán.
Sanz también abordó la “destrucción” en Sudán de instituciones de investigación, laboratorios, infraestructuras y registros relacionados con la producción científica del conocimiento, por lo que debatirán en este taller sobre “cómo avanzar y cómo recopilar toda la memoria documental que se pueda recuperar dentro y fuera del país”.
Aseguró que los sitios de patrimonio mundial de la Unesco en Sudán -Gebel Barkal y sitios de la región napatea; los sitios arqueológicos de la isla de Meroe; el Parque Nacional Marino de Sanganeb y Parque Nacional Marino de la Bahía de Dungonab y la Isla de Mukkawar- “no fueron, crucemos los dedos, tan afectados por el conflicto”.
Alrededor de 100 participantes -funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, autoridades judiciales y profesionales de la cultura- de diez países diferentes, de Oriente Medio y el cuerno de África, se reúnen en este taller organizado por la oficina de la Unesco de Egipto y Sudán, así como la sede de la agencia de la ONU en París, junto a otros organismos.
En los países árabes y las regiones del noreste de África, especialmente en las zonas afectadas por conflictos armados o disturbios civiles, el tráfico ilícito de bienes culturales sigue siendo un problema importante, donde las excavaciones no autorizadas y el contrabando de artefactos tienen un impacto devastador en el estudio de las civilizaciones antiguas.
Estos objetos son sacados de sus lugares originales y a menudo se pierden o se ocultan para siempre.
El conflicto en curso en Sudán ha infligido graves daños a su patrimonio cultural, y numerosos yacimientos, museos y galerías han quedado expuestos a robos, saqueos y exportaciones ilícitas.
Sudán aún no ha ratificado la Convención de la UNESCO de 1970 sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales, que proporciona un marco común para combatir esta lacra.