
Rumanía conmemora este viernes a las víctimas de la llamada ‘Mineriada’, uno de los episodios más violentos de su historia reciente, cuyas heridas siguen vivas 35 años después, agravadas por la falta de procesamiento jurídico de los responsables de la brutal represión de opositores.
En una sobria ceremonia, el presidente del país, el europeísta Nicusor Dan, depositó esta mañana sendas coronas de flores ante dos monumentos en la Plaza de la Universidad de Bucarest, el dedicado a la ‘Mineriada’ y el llamado ‘Kilómetro Cero de la Democracia’.
“La Mineriada del 13-15 de junio de 1990 sigue siendo uno de los momentos más dolorosos de nuestra historia”, escribió el jefe del Estado en un comunicado publicado en las redes sociales junto a fotos de sus ofrendas florales.
El 13 de junio de 1990, menos de medio año después de que los rumanos derrocaran al dictador comunista Nicolae Ceausescu, miles de mineros llegaron a Bucarest convocados por las autoridades para sofocar el movimiento opositor al Gobierno autoritario encabezado por el presidente Ion Iliescu, que había sido parte del régimen comunista.
Iliescu y su Frente de Salvación Nacional habían ganado con rotundidad en mayo unas elecciones sobre cuya legitimidad hay aún dudas.
Las protestas contra la participación en el Gobierno de antiguos colaboradores del régimen comunista habían comenzado el 22 de abril con concentraciones en la céntrica Plaza de la Universidad de Bucarest.
Según el recuento oficial, cuatro personas murieron en episodios de represión ocurridos entre el 13 y 15 de junio de 1990, mientras que cientos resultaron heridas, algunas de gravedad, y miles decidieron emigrar tras lo ocurrido.
El proceso contra Iliescu y otros políticos presuntamente responsables de crímenes de lesa humanidad se abrió en 2017, y fue suspendido tres años después, en 2020, cuando el Tribunal Superior de Casación decidió devolver el expediente a la Fiscalía Militar para reiniciar la investigación desde cero.
El proceso se reabrió el pasado 2 de abril, cuando la Fiscalía general acusó de crímenes contra la humanidad a Iliescu, de 95 años, y al ex primer ministro Petre Roman, así como al entonces jefe de los servicios de inteligencia, Virgil Magureanu, y al dirigente del sindicato de mineros, Miron Cozma.
La Fiscalía considera que los acusados “lanzaron un ataque contra los manifestantes” y trataron de “enmascarar la acción represiva”.
Actualmente, Iliescu está hospitalizado en cuidados intensivos por problemas respiratorios.
“Hasta hoy, después de 35 años, la Justicia no ha emitido una decisión definitiva en el expediente Mineriada. No hay veredicto que cierre tanto trauma y sufrimiento”, resaltó hoy Dan en su comunicado.
“La justicia tiene el deber de arrojar luz no sólo para identificar y castigar a los culpables, sino también como un gesto obligatorio de respeto hacia el derecho de la sociedad rumana a conocer la verdad”, añadió.
“Nunca olvidaremos a aquellos que tuvieron el coraje de luchar por la democracia y la libertad, a todos aquellos que ponen estos ideales por encima de sus propias vidas”, concluyó el presidente.