¿Y la fuerza… para qué?

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El músculo territorial de Fuerza por México en Puebla

Fuerza por México volvió a mover el tablero en Puebla, esta vez con la toma de protesta de comités auxiliares en San Francisco Totimehuacán y La Resurrección. La presidenta estatal del partido, Maiella Gómez Maldonado, desplegó estructura y discurso: habló de esperanza, de mujeres, de comunidad. Y sin duda, eso vende. Pero la pregunta no es si están creciendo —porque lo están—, sino ¿para qué y con quién?

En política, los mapas se pintan no solo con estructura, sino con rumbo. Y en eso, Fuerza por México todavía anda en pañales. O peor: en el limbo de los partidos que han bailado con todos y no se casan con nadie. En 2021, fueron solos y no les fue mal en votos, pero no ganaron. En 2024, se sumaron al oficialismo morenista, pero sin mucha voz ni voto. ¿Y en 2027? Nadie lo sabe. Ni ellos.

¿Una fuerza de reserva?
Lo que se ve es una estrategia de acumulación de territorio, no de ideas. Porque mientras Morena se reconfigura, el PRI agoniza, el PAN resiste en coma inducido y MC se debate entre TikTok y la irrelevancia, Fuerza por México parece construirse como una fuerza de reserva. ¿Para quién? Dependerá del clima. Si Morena los necesita, serán útiles. Si no, los dejarán en el refrigerador electoral. Y ahí es donde uno se pregunta si este crecimiento es con propósito de poder, o solo un juego de sobrevivencia.

Maiella Gómez no es una improvisada. Ha jugado en todas las ligas: del PANAL al PRI, de diputada federal a lideresa estatal. Sabe tejer. Pero también sabe esperar. Por eso hoy estructura, pero no define alianza. Porque la política poblana es como La Resurrección: siempre hay alguien dispuesto a volver… o a revivir, si hay oxígeno electoral.

¿Y si no se alían?
Ese es el dilema. Si Fuerza por México decide ir solo en 2027, ¿cuánto resistirá la narrativa de “cercanía con la gente” sin estructura económica detrás? ¿Cuánto capital político tiene, fuera del nombre de su presidenta? Porque el “partido rosa” necesita algo más que entusiasmo y liderazgos comunitarios: necesita un discurso propio y una ruta clara.

Y mientras eso no ocurra, cada comité auxiliar que se forme —aunque esté lleno de convicción y buenas intenciones— será apenas eso: una ficha en el tablero. Útil, sí. Pero solo cuando otro jugador decida moverla.

¿Fuerza por México será partido bisagra, carta de cambio o proyecto real de poder? Esa historia aún no está escrita. Lo que sí es claro es que el músculo no garantiza el movimiento, y menos cuando no se sabe hacia dónde caminar.

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