
Esperaron quince años para volver a ser campeones. La fiesta de los XV fue más que espectacular, hubo coronación, destronaron al tricampeón y odiado rival que es el América, pero la tornafiesta se prolongó hasta diciembre para cerrar con un bicampeonato que paralizo la ciudad y todo el Estado de México.
Nunca, ni en las épocas gloriosas del gran Pepe Cardozo, Estay, Cristante, Abundis, Alfaro, Carmona, Macias, Rangel y compañía se vivió semejante efervescencia. En aquella época dorada, hay que decirlo como es, la gente de Toluca era un monumento a los “villa melones” pues a pesar de que el equipo era espectacular y robaba la liga, el estadio NO se llenaba cada quince días, a veces ni siquiera en las finales como paso ante Rayados del 2005 o la de aquella goleada ante el Santos y eso que, en aquel tiempo la entonces “bombonera” tenía una menor capacidad a la que tiene hoy.
En aquellos años solo las visitas del América, de las Chivas y Cruz Azul provocaban llenos, tumultos y reventa masiva, sucedía solo esos juegos y a veces en la liguilla. Pero desde hace tiempo todo ha cambiado de manera impresionante, incluso antes de ganar el bicampeonato, pues ahora el estadio Nemesio Diez está lleno cada quince días así se juegue contra el Mazatlán, Puebla, Juárez o a el once de “estufas económicas”.
LOS ABONOS, UN TESORO
Ese fenómeno que solo se vivía en “el volcán”, en un tiempo en el de Rayados o el de chivas ya nada tiene que envidiarles los llamados diablos rojos del Toluca, cuya afición hace que se vibre y se viva una experiencia cautivadora cada juego de local. Miren lo que ha cambiado las cosas; cuando Francisco Suinaga Conde llegó para hacerse cargo de la mercadotecnia y la planeación de la construcción o remodelación del estadio encontró que el número de abonados anuales era de solo tres mil cuatrocientos aficionados.
Doce años después y ya Suinaga como hombre importante en la directriz hoy es más fácil sacarse “el melate” que conseguir un abono anual de los diablos rojos pues hay más de ¡37 mil aficionados en lista de espera! Una cifra increíble si consideramos que el actual estadio tiene capacidad para menos de treinta mil.
La reconstrucción y reingeniería futbolista comenzó hace unos años cuando se tuvo que pagar multa por terminar en el décimo sexto lugar de la porcentual. Fue una vergonzosa experiencia que toco las fibras más sensibles y se reajusto el proyecto. Finalmente se pudieron extirpar tumores cancerosos que se habían anquilosado en las entrañas de la institución para enriquecerse a la sombra de Don Valentín.
VENCIENDO AL CANCER
Los Tiburcio Villegas, los Salgado, los León, los Vallejo y compañía tuvieron secuestrado por años al club durante años llenándolo de vergüenza mientras aumentaban los ceros en sus cuentas bancarias. No era mentira cuando decíamos que para ser miembro de esa directiva con tan nefastos personajes había que caminar pegado a la pared porque de lo contrario te apuñalarían por la espalda.
El cartel de los Uriel Pérez y secuaces, que tanto daño hizo quedo aniquilado. Desde hace tiempo NO se compran petardos a sobreprecio o lesionados a precio de super cracks con las que se hicieron multimillonarios. Tanto fue lo que robaron que hasta el nefasto promotor les llegó a “prestar” dinero al Toluca, para que le comprara a alguno de sus jugadores. Parece chiste, pero fue real.
Hoy de aquellos tiempos a este nuevo Toluca solo sobreviven Don Valentín y Suinaga, como bien lo dijo en una entrevista el buen Juan Carlos Cartagena. Todos aquellos que vinieron un día de la cervecería Modelo para incrustarse en las entrañas del equipo o los echaron o los indemnizaron y otros se jubilaron. Sin esos inmensos estorbos que secuestraron al club, este volvió al lugar que merecía la familia Diez.
INVERSIONES PRODUCTIVAS
En esa infausta etapa los aficionados del Toluca envidiaban las contrataciones o los jugadores de otros equipos de la liga, hoy ese fenómeno es la inversa; los equipos más “grandes” sueñan con tener a su Paulinho, a Marcel, a Castro, a Romero y compañía. La actual plantilla del Toluca es el objeto del deseo de muchos clubes.
Por supuesto que se ha invertido como nunca en la historia, pero también en cierto que han ingresado al club cantidades insospechadas por ventas de jugadores; Maxi Araujo se fue por más de quince millones de dólares, a Leo Fernández lo revendieron en 10, cuando lo compraron en siete a los Tigres.
Paulinho costo mucho menos que “el toro” Fernández, Maximan, Canales o Paradela. Hasta Bragarnik, dejó de verles la cara pues de sus equipos mando al desconocido Nico Castro, y lo pacto en un precio ridículo comparado con lo que costaron al de Ángel Correa, Brunetta, Oliver Torres, Bogusz y algunos más a otros equipos. Franco Romero, vino del Defensa y Justicia no costo ni tres millones de dólares y hoy es el mejor cinco de la liga.
Helinho, ha sido la contratación más costosa y a pesar de sus intermitencias, sus lesiones el brasileño fue pieza fundamental para conseguir el bicampeonato pues en la semifinal y final ante los regios dio dos asistencias y anotó dos goles que fueron vitales ¿Cuánto pagaría por un bicampeonato? Habrá que preguntarle a Rayados.
Alexis Vega, el héroe de la película del bicampeonato y el gran idolo de la afición fue vendido a Chivas por casi en 8 millones de dólares, hace un año lo recuperaron del equipo tapatío pagando solo 700 mil dólares a los tapatíos ya que se iba a convertir en jugador libre y hoy se ha revaluado, el portal trasfermarket lo taza en 10 millones de euros.

Cuando uno entiende la operación de limpieza del personal nefasto que tuvo secuestrado al equipo, cuando ve las nuevas directrices para contratar uno puede entender el por qué la enorme paradoja que resulta esta resurrección del diablo.
Se podrá entra en el ridículo debate de la llamada “grandeza”. Hay equipos grandes que no ganan nada y “chicos” que están ganando todo. De qué lado de la historia preferirán estar las nuevas aficiones; ¿de los que presumen millones de aficionados, pero pocos títulos o de los que pueden presumir y mostrando fotos digitales y a color levantando trofeos o los que para presumir tienen que ir al albunes del abuelo y desempolvar aquellas fotos en blanco y negro?
Habrá que modificar la historia, siempre se decía que el 666 era el número del diablo, pero luego de que estos diablos rojos ganaron bicampeonato, campeón de campeones y el campeones cup, ganando sus cuatro finales en los últimos doce meses habrá que rebautizar el 2025 y nombrarlo desde ahora como “el año del diablo”
“La grandeza no es un concurso de popularidad, sino de logros y conquistas”