Caso de estudio social
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Esto va a ser un poco repetitivo, porque seguramente en todos lados lo están viendo, molesto y quizá hartante, pero en verdad no puedo evitar pensar ¿Qué pasa con el fenómeno social y el impacto que genera La Casa de Los Famosos en México?
Si, ya hace unas semanas había comentado un poco al respecto de forma muy superficial y francamente no tenía la intención de volver a mencionarlo ya que es un tema de gran polémica; sin embargo, cuando analizo la opción a tocar esta semana, no puedo evitar pensar en el tremendo fenómeno que esto es en las últimas semanas en el entretenimiento y más que en éste. Pareciera que es el verdadero material de control de masas, como dicen los conspiranoicos por ahí. Y es que en las últimas horas sobre todo se han vivido momentos de gran tensión que a mi gusto (y supongo el de muchos) sobrepasan los límites del entretenimiento y la diversión, pasando a tocar temas más sensibles para nuestra sociedad; desde el enfrentamiento de Adrián Marcelo, la figura polémica, contra el conductor y actor Arath de la Torre a raíz de todos sus comentarios inapropiados hasta la pelea con Gala Montes por los mismos motivos la noche del martes. No es algo nuevo en la temporada el nivel de violencia psicológica del que parece que están siendo víctimas los participantes del reality show, pero más allá de tocar el tópico dentro del show es inquietante la respuesta del público. Aquí hablamos de 2 caminos que ya han sido tomado por los espectadores del programa directa o indirectamente, la indignación ante el tipo de conductas, muchas de tipo machistas y misóginas que se han podido ver y que pasan a ser reprobadas por la mayoría, y los que mencionan que se trata de un juego, lo cual me preocupa más; pues a pesar de que podría serlo al final esto solo normaliza la violencia e invalidación de puntos delicados para nuestros país, como la violencia de genero y la salud mental (qué ya lo había comentado).
Normalizar la violencia psicológica en televisión resulta a algo muy grave a nivel nacional y más en estos tiempos y parece que el descontento colectivo ha generado verdadera presión sobre el programa y los patrocinadores, ya que prácticamente todo se han retirado declarando que no comparten con todo lo ocurrido en televisión y no representa sus valores como marca. Luego de que por semanas tanto Televisa como Endemol jugaran y jugaran con situaciones sensibles para nosotros, parece que la liga se rompió y la tolerancia de las marcas que colaboran se acabó luego de que los internautas ejercieran presión invitando de dejar de consumir sus productos por apoyar este tipo de contenido. Por el otro lado hay quienes piensan que todo sigue siendo parte de un juego y planeado para seguir generando conversación y vistas en redes y medios convencionales, pero creo que de ser un juego si ha podido salirse de las manos de muchos. Lo cierto es que, aunque no tengamos la respuesta correcta a la situación dentro del programa si podemos ver la fuerte respuesta del público afuera, buscada a propósito o no.
¿Qué genera este nivel de enganchamiento en el televidente? ¿Cómo puede un formato televisivo tan gastado generar este nivel de polémica o conversación por sobre otras opciones de entretenimiento y sobre tópicos de índole más importante de materia social?
Creo que al final del día el morbo humano y ese falso sentido de justica que le hace creer al espectador el tener el supuesto poder de decisión en un botón le hace participe de este experimento. En tiempos donde la opinión y postura social en redes es tan relevante a nivel de percepción de grupo hace que exista una respuesta colectiva en masas, misma que hace 20 años no podíamos ver, cuando apenas se votaba para hacer ganador a Omar Chaparro en Big Brother VIP. Todo ha cambiado desde entonces, la percepción social, el contenido que se crea, las plataformas en que se expresa ¿O será más bien que solo estamos dando vueltas en círculos repitiendo patrones una y otra vez? Cambiando posturas, pero repitiendo conductas de consumismo y reacción y ese el punto ciego que hace repetir fenómenos una y otra vez; porque igual que la moda, todo se repite con el tiempo, pero haciéndonos creer que avanzamos al futuro (aunque no demos un solo paso adelante).
Lo único que como espectador puedo destacar es que no hay manera en que la violencia de género, la invalidación de ideas y la violencia a la salud mental pueda ser un tema de juego, así como la dignidad humana no puede ser un producto de consumo y o espectáculo en venta.
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