“Es tan bonito enamorare, esa sensación de mariposas en el estómago que nos hace sentir la persona especial a la que conocemos, ese impulso por la espontaneidad y ese sentimiento de que podemos contra todo lo que se interponga en nuestra nueva relación; es casi como ser adolescentes otra vez…”. Esa fue la sensación que me dejó la nueva serie de Netflix, “Nobody Wants This” y que, con pocas semanas en la plataforma, ha tenido gran aceptación y popularidad entre los usuarios de todas edades. Protagonizada por 2 viejos conocidos de los amantes de las series de los 2000s, Kristen Bell (El Club de las malas Madres, 2016) y Adam Brody (The OC) encarnan a Joanne y Noah, una agnóstica podcastera de sexo de Los Ángeles habituada a las malas citas y relaciones con tipos inadecuados y un Rabino recién separado con un temperamento relajado tratando de encontrar la paz y tranquilidad, así como la emoción que quizá le faltaba a su vida. Ambos van a encontrarse enamorados uno del otro casi de inmediato y en una búsqueda por hallar el punto medio entre sus formas tan diferentes de vivir y ver el mundo, sobre todo, en uno donde la falta de honestidad y toxicidad están a la orden del día.
Esta premisa tan simple pero efectiva ha captado (a mi gusto) la atención de un público variado por 2 motivos; el primero, para quienes crecimos con las comedias románticas de los primeros años del nuevo milenio y los dramas adolescentes de la televisión de esos años, ver una vez más a 2 referentes como Veronica Mars y Seth Cohen dando vida a 2 solteros en este drama dulzón y sencillo de ver es como regresar a nuestros años dorados; un subidón de energía a nuestro día a día con una historia que ante todo te deja un sentimiento de esperanza en cada episodio; sobre todo considerando que los personajes ya no son adolescentes, lo que lo hace más fácil de relacionarse con nosotros como espectadores, y más aquellos que todavía están en esa lucha por encontrar a su media naranja. Es algo así como reencontrarte con tus amigos de la preparatoria y ponerte al día con sus vidas, dándonos cuenta que aun podemos tener cosas en común o padecer los mismos problemas. Por el otro lado, las nuevas generaciones que crecieron acostumbradas a historias más rebuscadas, poco menos rosas y con adolescentes a tope en los excesos, ven como una bocanada de aire fresco una narrativa tan sencilla, algo cursi pero real.
Porque algo a destacar también en la historia es que el planteamiento busca siempre tener a sus personajes y a nosotros mismos muy aterrizados en la situación que viven, sin solucionas mágicas a sus diferencias más que el dialogo, el entendimiento y por su puesto la prueba y error; estableciendo una relación que va creciendo y madurando con cada experiencia que viven y tratando de darse espacio en un ambiente en el que no solo los protagonistas dudan del éxito de su romance sino también el peso que sus amigos y familia puedan tener para el desarrollo optimo de ellos como individuos, el cual por supuesto no es el mejor.
Sin duda nadie quería ni esperaba nada de esta comedia que, con 10 episodios ya todos disponibles, se convierte en uno de los shows favoritos del año ya con una segunda temporada confirmada. El empujón que no sabíamos que necesitábamos tener no solo para entretenernos, sino para, por qué no, lanzarnos una vez más al mar del amor; porque quizá aun no es tarde para encontrar a nuestra alma gemela, o al menos a un compañero real.
¿Ustedes, le dan una nueva oportunidad?… No solo hablo de la serie.
POR ANGEL SARMIENTO
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