Valenzuela y su paso por Puebla

2

Por: J.L. HERMIDA USCANGA

La directiva de los Ángeles de Puebla nunca imaginó que aquel muchacho de cabello largo, que comenzaba ya a embarnecer, que rayaba en los 17 años y que para todos pasaba desapercibido se convertiría tiempo después en la gran figura del beisbol mundial.

Valenzuela, relata la historia, comenzó en el beisbol como cualquier niño sonorense que nace con el bate, las pelotas -aunque sea de trapo- y el guante, en sus manos.

Llamó la atención, como sucede siempre, en un campeonato nacional juvenil amateur cuando rondaba los 17 años de años.

Fue invitado inicialmente por los Cafeteros de Tepic con quienes debutó en la Liga Central, pero Tuzos de Silao adquirió su contrato y se quedó con él.

Firmado por Raúl Cano, que en esos tiempos era manager de los Ángeles, Silao se convirtió en la sucursal de los Ángeles de Puebla en el lejano 1978, en esa Liga Central que era toda una granja de grandes prospectos y aglutinaba todo el talento en ciernes de la pelota mexicana.

“Cuidado si te descuidabas, porque en sucursal había uno listo para quitarte el puesto”, recordaban jugadores de aquella época.

Como pelotero novato, Fernando Valenzuela vino al menos par de campañas para realizar el entrenamiento con el equipo grande.

Eso se repitió en 1978 y 1979, pero como sucede siempre, la atención se centraba en los “caballos”, sin imaginar que entre el grupo de aspirantes estaría el “caballo de caballos” de la pelota mexicana.

Jugadores poblanos de aquellos tiempos, recuerdan que en ese lapso Valenzuela se las vio complicadas, como todo novato que apenas comienza, pero en Puebla encontró el respaldo de don Fernando Tourrent, un veracruzano amante del beisbol, quien patrocinaba en el beisbol sabatino de Puebla al Deportivo Tourrent, y apoyaba al sonorense con indumentaria deportiva, entre otras cosas.

Se cuenta que cuando ya Fernando fue estrella de Grandes Ligas, a manera de agradecimiento le hizo llegar un televisor a su tocayo.

“Esa historia me la contó su hija de don Fernando, en los campos de la Liga Zaragoza de Beisbol Infantil-Juvenil, a mediados de los 80”, comparte Paco Castillo, un brillante exjugador poblano entre los 70 y 80.

Para 1979 cuando se realiza el entrenamiento del equipo grande ya Fernando había mostrado parte de su clase en la Liga Central, y equipos de Liga Mexicana ya lo tenían en su radar.

Al no quedarse con los Ángeles, que traían entre otros caballos en su pitcheo a César Díaz, Ernesto Escárrega, Pablo Gutiérrez Delfín, Antonio Pulido, Ramón Munguía, de inmediato los Leones de Yucatán dieron el salto y lo solicitaron a préstamo.

Jorge Fitch no se equivocó, ese pitcheo bastó para levantarse con el banderín de la Liga Mexicana en ese 1979.

En tanto, Fernando vivió un año fantástico, a pesar de terminar con saldo negativo (10-12), ganar 10 juegos en Liga Mexicana como novato y terminar con efectividad de 2.49 era más que suficiente para saber el futuro que se aproximaba.

Fue en ese lapso cuando lo vio “Corito” Varona, quien lo reportó a Mike Brito, y por julio de 1979 ya Fernando estaba firmado por los Dodgers.

El teje y maneje sucedió a la hora de la firma cuando Leones, que le dio la oportunidad, reclamaba su propiedad, mientras los Ángeles, papeles en mano, demostraron a quién pertenecían sus derechos.

Fue así, como los Pérez Avellá recibieron por su firma la nada despreciable suma, en aquellos tiempos, de 175 mil dólares, que en la actualidad rondarían los 600 mil billetes verdes, por un pelotero que, pasó de largo por sus narices, y a quien ni siquiera dieron la oportunidad de debutar en la organización poblana.

A Fernando sólo se le vio en Puebla en 1979 como parte de los melenudos; posteriormente cuando en plena Fernandomanía regresó para filmar un comercial con una empresa poblana, y en 1994 cuando volvió enfundado en la franela de los Charros de Jalisco.

Ángeles tuvo en sus filas al más grande lanzador que ha dado México para el beisbol de Grande Ligas, pero no lo conoció en realidad hasta que se hizo estrella en la mejor pelota del mundo.

Así, la vida y el destino.

En línea noticias 2024