En el marco de la consulta para el diseño del Plan Estatal de Desarrollo, el gobernador del estado de Puebla, Alejandro Armenta, afirmó que lo peor que puede ejercer un gobernante es ejercer recursos por ocurrencia o lo que les deje más, al apuntar que “en la clase política nos conocemos” y se tiene que hacer de la planeación una guía y brújula para ser eficiente y dar resultados.
Puntualizó que no es a través de la disputa de poderes lo que permite la democracia, sino, la dialéctica de la unidad de contrarios para lograr el desarrollo, por lo cual de cara al Plan Estatal de Desarrollo no se pude trabajar en forma aislada, sino gobernar con orden y apego a la ley.
Destacó que gobernar es prever, comunicar, no es una acción aislada, ni actividad espontánea, pues, el Estado Mexicano es un sistema de instituciones, por lo que es un error caminar en distintos sentidos y entender mal la división de poderes, en un enfoque anti sistémico.
“Se cree que la disputa de Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) es lo que permite la democracia, cuando los poderes públicos son contrapesos para garantizar la condición sistémica y eficaz del Estado, no es estar en disputa, es la suma de factores, la dialéctica de la unidad de contrarios para lograr este precepto constitucional”, observó.
En ese contexto todos los sectores y niveles de gobierno son importantes, de manera que, cuando un integrante no entiende la visión, trabaja en forma aislada, advirtió Armenta, al llamar a las autoridades y niveles de gobierno a trabajar en forma coordinada.
Subrayó que el Plan Estatal de Desarrollo no un compendio para que lo guarde el gobernador, sería un error y perder el tiempo, pues, los foros alimentan, nutren, actualizan, pues no se llegó a trazar la ciudad, sino que ya hay un desarrollo y retrospectiva que se debe de hacer en materia de planeación, los recursos humanos y financieros.
Recordó que toda autoridad tiene la obligación de garantizar y proteger los derechos humanos, que son indivisibles y con progresividad.
Repasó el artículo 25 Constitucional que refieren corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución.
Asimismo, el artículo 26 que refiere que el Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación.