Lo Que NO Dijeron Del griego

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En las últimas semanas para el cierre de registros de la Liga Mx los aficionados amantes del futbol de estafa más que el de “estufa” sueñan con que sus equipos le anuncien a su fichaje calificado como “bomba” que los lleve de ilusión.

Y este calificativo se ha devaluado de forma impresionante. Hoy el noventa por ciento de los fichajes son calificados como “bomba” cuando están a años luz de serlo. Hoy cualquier “chinampina” es tratada como si fuera un fichaje trascendente o importante como se trataba haca algunos años.

Los fichajes caros no necesariamente son sinónimo de calidad y menos garantía de éxito, pero sirven muchísimo para alimentar las ilusiones de los aficionados. Hoy gracias a las redes sociales el impacto mediático a veces es mucho más importante que los resultados.

Para muestra las llamadas “super-chivas” de Salvador Martínez Garza, que al inicio compraban lo mejor y lo más caro del mexicano cada temporada pagando sin chistar, pero solo pudieron ganar un solo título, pero mientras duro la ilusión cada año de los chiva-hermanos fue mayúscula. Desde el inicio, con mexicanos los tapatíos, en el papel eran considerados candidatos al título. En aquel tiempo las chivas compraban filete, hoy abunda el retazo con hueso y con eso no alcanza para ser considerados entre los 5 primeros.

SIN EXCESOS

En contraparte el tricampeonato del América NO se construyó a base de contrataciones “bombas” o desembolsos espectaculares sino con un ojo clínico muy importante, pero hoy a muchos aficionados se les ha olvidado. Su plantel insignia se edificó con jugadores nada mediáticos, a los que se pagaron hasta en plazos.

Malagón llego del Necaxa por dos millones de dólares a pagar en dos años. Por Henry Martín, no llegaron a los cuatro, lo mismo que Zendejas. Fidalgo fue muy barato, lo mismo que Reyes que venía del Puebla. No se necesitó gastar mucho, pero si fichar de manera inteligente.

Hoy, contrario a lo que habían hecho años antes, producto de la presión han sacado de cartera por el francés Allan Saint Maximin, en lo que parece una compra de pánico, a los que los americanistas esperan que les resulte. En el 2018, trajeron otro francés con mucho mejor cartel porque había jugado con Benzema, con Nasry, porque venía del Milán, pero Jeremy Menez, resulto un fiasco “metodista”, porque se metía de todo en sus tiempos libres.

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Y es que lo caro o barato de un jugador no depende del costo de su pase, sino de los resultados. La llegada de André Pierre Gignac, en el 2015 fue un parteaguas rompiendo el mercado salarial del futbol mexicano, nadie había ganado lo que cobro el francés, sin embargo, por los resultados, por los títulos, por la identidad y liderazgo logrado a la hora de las sumas y restas su contratación para los felinos es una ganga.

¿CORRUPCIÓN GRIEGA?

Mucho se ha hablado de los 10 millones de dólares que le costó a la máquina el griego Giorgios Giakumakis, un jugador que de acuerdo con los estándares y precios del mercado nacional está dentro de la “normalidad” del mercado mexicano, nos guste o no. En México, conocer los salarios o un contrato es considerado una primicia e investigación periodística, en Estados Unidos es solo cuestión de googlear.

Los salarios en la MLS NO son ni noticia, ni primicia, no se esconden son públicos y cualquiera los puede uno conocer y cotejar en la página de la asociación de jugadores. Ahí se puede observar que el jugador griego, era el mejor pagado del equipo de Atlanta con un salario anual de 2 millones 248 mil 417 dólares libres de impuestos, más diversos bonos de productividad. Obvio cualquier oferta debía ser mucho mejor que esa cifra.

Si dividimos esa cantidad entre los doce meses, el griego obtenía en la MLS un sueldo mensual de 187 mil 368 dólares, más los bonos. Para que Giorgios aceptara la oferta de Cruz Azul, obvio tenía que haber un aumento salarial importante y los cementeros lo firmaron por 250 mil dólares mensuales. Es decir, 87, mil dólares más al mes. Una cifra importante, pero absolutamente razonable en el mercado mexicano, según el contrato compartido por David Failtelson en TUDN.

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¿Por qué ofrecer eso por el jugador griego?  En teoría y de acuerdo con las estadísticas parecía que Giakoumakis, era una apuesta de gol hasta cierto punto segura. En Escocia anotó un gol cada dos partidos, manteniendo ese promedio en su paso con el Atlanta. Poco más de 10 goles por cada torneo corto, si lo trasladábamos a la liga Mx.

 Pero entre lesiones y no adaptación su rendimiento en Cruz Azul bajo ostensiblemente anotando solo nueve en 34 juegos, aun así, con mejores números que el “Toro” Fernández, por el que un año antes habían pagado once millones de dólares, que se rompió el ligamento cruzado.

Obvio que las cifras para terrenales como usted o mi parecerán inmensas pero que en el mercado parecen lógicas y poco sospechosas. ¿A usted no le parecen así? ¿nota algo extraordinario? Para cambiar de residencia, país costumbres no parece un aumento excesivo. Lo que NO se discute, es que el griego NO ha cumplido con las expectativas.

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GASTAR NO ES GARANTIA

Fichar caro no es sinónimo de fichar bien, ni garantía de éxito. Preguntémosle a Rayados, Toluca, Tigres y algún otro que han armado equipos a golpe de chequera con la finalidad de ser campeones y no siempre han tenido éxito, ni en lo individual, ni en lo colectivo. Unos de plano fueron un desastre, otros que poco a poco van sacando a flote las virtudes que hicieron que sus equipos pagaran fortunas por ellos.

Por algunos de ellos se pagó mucho más dinero que con el griego, con salarios similares o mayores, pero nadie aun nadie ventila sus contratos. Una cosa es la corrupción y otra muy diferente un bajo rendimiento que puede atribuirse a diversos factores y ejemplos tenemos muchísimos.

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En los nuevos tiempos habrá que redefinir lo que son verdaderamente se pueden considerar fichajes “bomba” en relación con lo que son contrataciones relevantes, son llegar a ser absolutamente extraordinarias. El término “bomba” esta super devaluado, se usa de manera exagerada y en la actualidad se le aplica el termino prácticamente a cualquier pelado que patea un balón y que ha contratado nuestro equipo.

En redes sociales el termino es tan vendedor como falso, pero crea las expectativas por las que se genera pues aparecen los clics back que buscan quienes los utilizan. En lo personal una contratación “bomba” es la de aquel jugador cuyo presente o pasado estuvo relacionado de manera directa a historias futbolísticas tops a nivel mundial.

Aquel que fue campeón del mundo, que jugo en equipos de elite ganando títulos, que fue seleccionado de su país en eventos mundiales de la máxima categoría, no en competiciones menores. Quién NO cumple con esas características, en lo personal no debe ser llamado fichaje bomba, seguramente usted tiene ya su propia lista.

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Aún en estos casos y cumpliendo con los requerimientos antes señalados también habrá fichajes “bomba” que se convierten en fichajes petardos ya sea porque el jugador ya viene demasiado viejo, porque fue poco profesional, porque solo vino como gancho publicitario a vender playeras e ilusiones porque el futbol los había abandonado tiempo atrás.

Depende el fin con el que llegaron, el calificativo a recibir; ¿Llegó para jugar o para vender? ¿Usted que dueño prefiere; el que saca la chequera para buscar un título o el que nos vende un proyecto?

Seguramente, ya se acordó de varios.

“No se deje engañar por lo que aparezca en la superficie. En las profundidades es donde todo se vuelve ley” Rainer María Rilke

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