
Las fábulas son verdaderas cátedras de sentido común, y más ahora en estos tiempos.
El fabulista Esopo de la antigua Grecia, nos legó “LA CIGARRA Y LA HORMIGA” que a través del tiempo se le ha ido modificando agregándole cierto sabor cómicos, especialmente entre los jóvenes.
En dicha fábula se dice que se ilustra una lección moral sobre la importancia del trabajo y la previsión, o sea el AHORRO. Decía Thomas Jefferson “NO GASTES TU DINERO ANTES DE TENERLO”. Decía Lucio Anneo Séneca, “COMPRA SOLAMENTE LO NECESARIO; LO SUPERFLUO, AUNQUE CUESTE SOLO UN CÉNTIMO, ES CARO”.
En la fábula, la cigarra pasa el verano cantando y disfrutando sin trabajar, mientras las hormigas trabajan arduamente para almacenar y tener alimentos en invierno. (NOTA: Si hay alguien organizado son las hormigas:
Trabajaran juntas, son cooperativas, para lograr su objetivo se comunican entre ellas a través de feromonas que son sustancias químicas.
Tienen diferentes actividades la hormiga obrera, la hormiga soldado, la hormiga reina representativa de asegurar la supervivencia de su colonia).
La cigarra terminó en invierno por pedir alimentos a las hormigas quienes lo apoyaron con el consecuente regaño o consejo “DE QUE DEBERÍA TRABAJAY AHORRAR COMIDA PARA EL INVIERNO”, acuérdate de lo que dice Jean de la Fontaine: Hay que trabajar.
Le recalcaron a la cigarra que Jean de la Fontaine relató la misma fábula con la moraleja de “NO MALGASTES IRRESPONSABLEMENTE TU TIEMPO BUENO POR DEDICARTE SOLO AL OCIO Y AL PLACER”, y de tu cosecha ahorra lo suficiente para los futuros momentos de escasez, trabajen siempre, trabajen y trabajen.
En el caso se habla coloquialmente del ahorro, que normalmente es el de “NO GASTAR” todo lo que se gana, sino procurar tener un “RESTO” guardado y ahorrando (SI SOBRA Y SE PUEDE).
Ahora existe además otro tipo de ahorro pero ese es ante una institución bancaria con la ventaja que produciría intereses, pero no tiene que ver con la cigarra.
Hay que estar convencidos que los tiempos de cambios como los de hoy, generados por los avances técnicos y científicos principalmente, modifican los sistemas, económicos y estos modifican precios al alza, Así no se puede ahorrar.
Para empezar hay que revisar nuestro ingreso, clasificar los gastos necesarios o imprescindibles, y los que puedan evitarse para destinarlos al ahorro.
Decía un amigo, que cuando se va a un centro comercial, normalmente compra uno lo que no hace falta, lo que no necesita, y en este caso es donde si se omite el gasto, este se destina al ahorro.
En fin, debe uno ser muy cuidadoso de su dinero hay que evitar gastos y con ello se puede iniciar el trámite del ahorro, que nos enseña además a ser responsables y cumplidores con nuestras obligaciones familiares y sociales.
Normalmente hay persona que sin control gasta todo y cree que es feliz, sin saber que al tiempo, vivirá intranquilo, olvida que debe cuidar los pequeños gastos porque un pequeño aguacero hunde un barco.
Ahorra y siempre estarás tranquilo porque la vida nos depara diversos problemas económicos y debemos con nuestros ahorros darles el frente y solucionarlos.
Entre estudiantes, el tema de la “CIGARRA Y LAS HORMIGAS”, se decía que tres veces la cigarra llegaba en invierno a casa de las hormigas muerta de frio y la regañaban por que se pasaba tocando la guitarra en lugar de trabajar. La última vez que visitó a las hormigas iba cubierta con abrigo de piel, un gorro igual y con su guitarra y eso sorprendió a las hormigas.
La cigarra les dijo que la habían contratado para dar un concierto de guitarra en el mejor centro nocturno de Paris, que le pagaron mucho dinero y se venía a despedir de sus amigas y preguntarles que se les ofrecía:
La jefa de las hormigas, molesta, le dijo a la cigarra; hazme un favor; cuando llegues a Paris, vé a ver a La Fontaine, que nos ha tenido trabajando a nosotros con su fábula, y le das recuerdos (¿¿??) de nuestra
parte.
Un centavo ahorrado es un centavo ganado.
Los abuelos decían: ahorrar no solo es guardar sino saber gastar.