El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, descartó sea una moda o una broma el combate a la corrupción, al referir que esta ha lacerado a la población con obras con sobrecostos.
Refrendó que el combate a la corrupción no es una opción, moda o parte de un discurso, sino una ley de vida que, dijo a marcado a lo largo de su carrera y que lo considera una regla inquebrantable para las y los servidores públicos que forman parte de su equipo.
Insistió que como gobierno “se deben al pueblo que los eligió, y es a ellos a quienes deben corresponder de manera honesta”.
“Algunos creen que es broma o que es cuestión de tiempo para que se me quite esta enfermedad del combate a la corrupción en los primeros meses de gobierno, pues no se me va a quitar, porque tengo muchos años de vida pública y siempre me he enfrentado a la corrupción”.
Acotó que “ahora que las y los poblanos me dan la oportunidad de servir, no sólo pienso cómo llegué, estoy pensando cómo quiero salir, y no quiero salir avergonzado de haberme vuelto un gobernador corrupto”, enfatizó.
El jefe del Ejecutivo señaló que Puebla ha sido lacerada por gobiernos del pasado que hicieron de las obras y programas sociales un negocio personal, mismas que generaron deudas que actualmente se siguen pagando a un sobrecosto excesivo e injustificado.
Por ello, se pronunció por aplicar los recursos con visión y responsabilidad, donde cada uno de los proyectos sean útiles para las familias poblanas, sin ostentaciones ni actos de corrupción, que comprometen el futuro de las próximas generaciones en la entidad.