“Con apoyo de mi esposo el gobernador, Sergio Salomón, se tomaron decisiones difíciles pero necesarias dentro del organismo que no estaba cumpliendo su función”
En entrevista con Pepe Hanan presidente de Grupo Hanan Comunicación y de Erick Becerra, director de Noticias, Gaby Bonilla, presidenta del DIF estatal, afirmó que su paso por el organismo, logró humanizarlo y hacerlo más sensible para tender la mano a quienes más lo necesitan, cambiando vidas para bien.
Fue un esfuerzo en equipo de todos los colaboradores de la institución señaló, y consideró que cada colaborador, padrino, patrocinador que apoyó las actividades del DIF son corazones que suman voluntades solidarias con las mejores causas sociales.
Agradeció a su esposo el gobernador, que en todo momento apoyó las proyectos que le presentó como presidenta del DIF y, admitió que desde el inicio de su gestión, su prioridad fue darle calor de hogar a las Casas de Asistencia donde en ellas, se tiene bajo cuidado y responsabilidad del DIF, historias de vida, seres humanos que desde pequeños han sufrido, afirmó.
Sin apartarse nunca del aspecto emocional, Gaby Bonilla, dijo que con los cambios profundos que implementó en el DIF, el organismo de Puebla pasó del último lugar al número 12 entre todos los sistemas DIF del país.
Cada acción y cada programa que se realizó, siempre hubo el respaldo y la respuesta positiva de la sociedad, para todas las campañas que se organizaron.
Las donaciones de empresarios y particulares tanto en recursos financieros como en especie, permitieron al DIF en dos años, triplicar los beneficios a una mayor población en vulnerabilidad.
Recordó que en las Casas de Asistencia, están niños y adolescentes que no son huérfanos sino rescatados de entornos violentos dentro de casa y dentro de su propia familia.
“Darles seguridad y una vida digna fue el propósito principal de mi gestión y creo que lo logré, resalta”, Gaby Bonilla.
Las adopciones fue otra fortaleza del DIF en su gestión, agilizando el proceso y haciéndolo claro y transparente.
“Desde las Casas de Asistencia y el programa de Adopciones, cambiamos vidas, de niños, con frustraciones e impotencias y coraje por la vida que habían llevado a un ambiente de cariño, respeto y amor, y con ello de felicidad, eso quería para mis niños y lo logré”, termina Gaby Bonilla.