Promover espacios de participación activa que busquen construir relaciones pacíficas, es un mensaje esperanzador, ya que es la forma en que debemos mirar todos los días la vida para erradicar la violencia que persiste en contra de las niñas y mujeres en todo el mundo, es considerada una pandemia progresiva por los índices y condiciones de desigualdad ante las diversas realidades que viven las mujeres.
Así es como el 25 de noviembre se conmemora el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”, designada por la Organización de las Naciones Unidades, con la intención de contribuir a la concientización del impacto injustificado de las manifestaciones y repercusiones que deja en la vida social, económica, individual y política de las niñas y mujeres
Es importante, ya que debemos elevar la consciencia pública que permitan visibilizar las huellas de injusticia y desigualdad que deja, observando que en ocasiones no se logra identificar, reconocer y por ende no se termina de replicar, lo que con lleva a grandes repercusiones que destruyen a nuestra sociedad, impiden el crecimiento y nos quita todo sentido para alcanzar un mundo justo e igualitario.
Esta conmemoración se remonta hacia el año 1999, tiene origen en República Dominicana en honor a 3 hermanas activistas que fueron asesinadas por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo por ser opositoras. Así es como, esta fecha busca visibilizar mundialmente con diversas campañas como la de 16 días de activismo, así mismo el impulso que se brinda para que cada mes se considere el 25 como día naranja, haciendo un llamado a la acción de los gobiernos, sociedad civil, organizaciones de mujeres, jóvenes, sector privado, artistas, medios de comunicación, hombres y mujeres, niños y niñas para romper el silencio y sumar esfuerzos para prevenir y eliminar la violencia y la discriminación hacia las mujeres y niñas.
El mensaje es encabezado con el color naranja, ya que pretende dejar un significado por ser un tono luminoso respondiendo a su representación de un futuro brillante y optimista libre de violencia contra las mujeres y niñas, y lleno de oportunidades con espacios de paz y desarrollo.
Toda vez, que las consecuencias de la violencia provocan inestabilidad, retrocesos en la justicia y la paz, con consecuencias mortales que destrozan familias y les quitan la vida a mujeres a diario en nuestro país. Por lo tanto, debemos romper el silencio como sociedad responsable, que aplique los derechos humanos en la vida diaria y frene las cifras devastadoras de mujeres violentadas y victimas de feminicidio en México.
La congruencia al compromiso por la igualdad sustantiva será proporcional a todas aquellas acciones que hagamos para unirnos y difundir mensajes que contribuyan a visibilizar la importancia de erradicar la violencia de género contra las niñas y mujeres, que contribuyen a generar discriminación y desigualdades en nuestro país.
La campaña que anuncia el gobierno federal encabezado por la Dra. Claudia Sheibaum, denominada “Tiempo de Mujeres sin Violencias”, es un ejemplo para que, de manera permanente y congruente, sumemos y transformemos en nuestros entornos, emprendiendo acciones concretas con el fin de promover y fomentar una cultura donde nuestra realidad sea la justicia, la paz y el desarrollo.
Es hora de reconocer que la violencia contra las mujeres y niñas, en todas sus formas, mancha a nuestro país, es un obstáculo para la seguridad y para el desarrollo sostenible. Es hora de luchar todas y todos, por erradicarla, tomar la decisión y hacerlo ya.
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