La mujer en el cine y en la sociedad

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Encontrándonos en un momento tan importante para el fututo del país en los próximos 6 años, y en un momento de relevancia histórica pues tenemos a 2 contendientes mujeres a tomar la presidencia de la Republica de los Estados Unidos Mexicanos que son, a mi conocimiento y percepción las 2 opciones más populares en esta ocasión; no puedo evitar pensar en el papel que la mujer ha tenido en todos los ámbitos en los últimos años… (Perdón, voy a reformular mi comentario),  no puedo evitar pensar en el protagonismo que las mujeres han logrado recibir a nivel social en los últimos años. Porque limitarnos a decir que la mujer ha tenido un rol importante en fechas recientes es algo totalmente equívoco y una gran mentira; seria demeritar y enterrar el trabajo que científicas, profesoras, estudiosas, abogadas y todas y cada una de las involucradas en momentos importantes que la historia ha tenido y muchas veces omitido, o más bien demeritado, y más en un país (al igual que en muchas partes del mundo), donde su papel y relevancia se reduce a la vez que se disfraza de elevar su importancia a la de tener la labor de educar a las nuevas generaciones; dejándola en esta engañosa trampa donde su trabajo es fundamental para la sociedad pero no es una labor real. Un discurso triste donde se paraliza el avance del sexo femenino y se demerita el abrirse paso en todos los caminos que lo desea.

Yo para nada puedo hablar de política más allá de un ciudadano promedio y mis afinidades o perspectivas en ese sentido tampoco son relevantes de discutir aquí, pero si quiero aprovecharlo, a pocos días de que las elecciones de nuestro país se lleven a cabo y dado que las mujeres tienen un importante papel en las mismas, para cuestionar el avance en como mencioné, el protagonismo social que ha cobrado la mujer como un ser independiente tan capaz como el hombre de tener los mismos logros. ¿Es esto algo digno de celebrar y admirar? ¿No debería ser por sentido común, algo tan natural y normal que no debería siquiera ser tema de conversación? Pues en el sexualizado mundo de Hollywood  (al igual que en prácticamente todas las industrias y todos los ámbitos), el protagonismo de la mujer quedó reducido en muchos casos a 2 papeles secundarios, el de la madre abnegada y pura que vive solo para sacrificarse por los logros de su amada familia o el de la mujer capaz y empoderada, pero que casi siempre va de la mano de un hombre que para “ojos de todos los demás”, es mucho más capaz y poderoso; y este discurso es tanto a cuadro como fuera de cámara.

El ser una mujer con un discurso propio y que alza la voz en su trabajo y ocupación, en cualquier lugar del mundo parece ser un tema difícil de aceptar; las telenovelas de Thalía (las cuales aclaro aquí, en su género son un importante hecho y fenómeno digno de estudiarse y darle su merecido lugar), nos dejaron muy claro en los 90s que sin importar sus logros, el mayor premio de una mujer siempre será casarse y tener hijos. Para las generaciones más jóvenes en ese momento, con la llegada del nuevo milenio, la representación más mediática del feminismo tuvo lugar con figuras de la música como claro, las icónicas Spice Girls, que mostraban esa libertad de ser a las niñas y adolecentes; lo cual al mismo tiempo es curioso y contradictorio porque a la par de empoderar el discurso femenino de la época, de cierta forma seguía sexualizándose y llevándose a ciertos estándares de cómo deber ser y verse una mujer poderosa y dueña de su destino, incluso haciendo a un lado a representantes de un verdadero discurso de igualdad y fuerza por no cumplir con esos estándares. Algo así como la versión Barbie de aquel término acuñado por Charles Fourier en la Francia de 1837, usado para describir la liberación de la mujer en un futuro utópico.

Y hablando justo de Barbie, quien de la mano de la directora Greta Gerwing, fuera tan relevante el año pasado para el empoderamiento femenino, con un discurso cinematográfico donde se cuestiona como en pleno siglo XXI sigue tratándose a la mujer de cierta manera y esperar que cumpla con roles y comportamiento determinados; que este argumento haya generado tal controversia en el año 2023 nos habla de que en realidad no estamos tan lejos de la mentalidad de hace 2 siglos, cuando se hacia la primer convención por los derechos de las mujeres en el Nueva York de 1848, exigiendo justamente su derecho al voto, que sería el punto de inicio del feminismo el cual, malentendido aun hoy, es un movimiento que busca la igualdad de derechos y seguridad de la mujer y el hombre.

La realidad a mi parecer, el cual por nada tiene que ser la verdad absoluta y mucho menos no perteneciendo al sexo femenino, es que al igual que en la cinta protagonizada por Margot Robbie donde intencional o no, empezamos a girar en una trama con un discurso interesante aunque algo repetitivo y sin un avance concreto en la película, la sociedad se ha manejado de la misma forma por 2 siglos enteros respecto al tema. Los derechos de la mujer y su valor son un tema del que se habla para tomar en cuenta y trabajar en ello y si bien existe un avance diplomático, a nivel de perspectiva social, puedo aun ver que sigue siendo algo utópico, lejano, idealista; una promesa que no sabemos si un día se cumplirá en su totalidad, pero que me hace pensar que en realidad, aun con los acontecimientos históricos, con las marchas por los derechos de las mujeres trabajadoras del siglo XX; hablar de la mujer como una protagonista de su propia historia es un tema que en realidad no se ha terminado de tocar con verdadera profundidad ni transparencia a nivel mediático, en el cine o la televisión. Por todo lo anterior, el que existan y se enfoquen cintas, programas de televisión, libros y cualquier contenido en roles femeninos autosuficientes y que no tienen que cumplir precisamente con las expectativas de una sociedad que se sigue rigiendo bajo las normas de “lo que una mujer deber ser”, es un recordatorio que aunque para muchos sea chocante debe repetirse; y no hablo aquí de la famosa inclusión forzada que tanto me molesta y puedo ejemplificar con muchas producciones de Disney y Marvel, pero tampoco se trata de que yo siendo un hombre determine que es y que no puede ser una mujer; sino de darle el espacio que merece al igual que un hombre, en la misma proporción y con los mismos beneficios. Porque aunque sea repetitivo, es la única forma en que se inicia un verdadero cambio de mentalidad en la familia y en la sociedad, cuando se acepta que una mujer (al igual que un hombre) de verdad puede ser lo que quiera ser.

POR ANGEL SARMIENTO

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