Solemos decir a los niños que no se acerquen a desconocidos porque no pueden saber cuáles son a ciencia cierta sus intenciones, porque como adultos estamos a salvo más fácilmente (o eso nos gusta pensar); que conocemos más el peligro y sus consecuencias, cuando en realidad seguimos siendo presa fácil de la maldad.
Justo a esta conclusión llego luego de ver la nueva cinta “No Hables con Extraños” que protagoniza James McAvoy (Fragmentado, 2016); un thriller de suspenso y terror psicológico que nos lleva a reflexionar sobre como sin importar la edad, todos podemos caer en las garras de un psicópata de la forma más sencilla y yendo directamente hacia él. La película dirigida por James Watkins (La Dama de Negro, 2012) y adaptación a los Estados Unidos de la misma, de origen Danesa del 2022, narra la historia del matrimonio Dalton y su hija pequeña quienes están disfrutando unas vacaciones en la Toscana, lejos del frío Londres y van a encontrarse por casualidad o desdicha con una pareja inglesa conformada por Paddy y Ciara quienes también tienen un hijo, que aparentemente tiene dificultades de comunicación; luego de pasar una gran velada quedan en contacto para visitarse en un futuro cercano. Y es solo unas semanas después que los Dalton son invitados a la granja a las afueras y en medio de la nada de esta misteriosa familia para un fin de semana de descanso; los Dalton aceptarán aun renuentes pues los consideran algo raros en muchos de sus compartimentos, pero con las mejores intenciones de socializar y ser amables, sin darse cuenta de que están siendo llamados a la boca del lobo y esos días se convertirán en una trampa mortal para ellos.
Sin hablar más al respecto, la trama nos hace referencia a la habilidad que tiene un posible asesino psicópata de atraer a sus victimas con gran facilidad, muchas veces siendo encantador y en el peor de los casos siendo violento, pero manteniendo esa fuerza que hace imposible no ceder antes sus peticiones sin importar lo raras o incomodas que puedan ser, como si tuviera un poder de decisión mucho más fuerte sobre los demás que a mi gusto, va más allá del miedo; es algo entre la personalidad, al carácter y la habilidad para doblar la voluntad de los demás hasta que ya es muy tarde para reaccionar, y me cuestiono que tanto podemos llegar a toparnos con una persona así en la vida diaria sin que las luces rojas se enciendan en nuestra mente.
La actuación de McAvoy, quien en toda la saga de Glass nos demostró sus grandes dones histriónicos, es impecable; siendo encantador, intimidante y aterrador, manteniéndonos en una incomodidad de principio a fin, pero sin poder determinar por qué es tan difícil enfrentarlo (como espectador yo mismo me lo cuestioné), una gran actuación en una trama que quizá me dejó con ganas de más pero que con él al frente crea toda la magia (por llamarle de alguna manera), para caer en la narrativa de está historia de cazador y presa sin evitar pasar por la angustiante incertidumbre de si será muy tarde para salir corriendo de dicha trampa mortal.
Siendo reiterativo, una muy incómoda pero entretenida experiencia donde todos los personajes pueden quedar del lado cuando tienes en pantalla al gran villano; “No hables con Extraños” se encuentra aun en cines, si pueden disfrutarla aprovechen para reflexionar si vale la pena quedarse en una situación que nos hace sentir algo malo, solo por no incomodar a alguien más; porque hoy más que nunca, hacerle caso a eso que no nos resulta seguro es importantísimo para preservar nuestra seguridad física y mental y estar a salvo de cualquier peligro.
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