Desde seres fantásticos labrados en roca por los antiguos olmecas hasta bienes rituales de las naciones yaquis, millares de piezas fueron recuperadas y repatriadas este 2023 por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Mediante iniciativas de concientización, como la campaña #MiPatrimonioNoSeVende, con el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional y la Agencia Nacional de Aduanas, así como con las voluntades de gobiernos, museos, organizaciones civiles e, incluso, de particulares residentes en el extranjero, al día de hoy son más de 13,400 los bienes patrimoniales recuperados durante la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En enero, 11 piezas fueron devueltas a las representaciones diplomáticas de nuestro país en Dinamarca, Canadá y Estados Unidos; entre ellas resaltó la entrega, por parte del Royal BC Museum de Canadá, de un molar de mamut; la de seis obras virreinales de talavera llevadas voluntariamente al Consulado de México en El Paso, Texas; y dos figurillas antropomorfas de estilo zapoteco, entregadas por ciudadanos a la Embajada de México en Dinamarca.
Especial mención merece la devolución a nuestro país del Monumento 9 de Chalcatzingo, una colosal escultura olmeca de 1.80 metros de altura y 2,500 años de antigüedad, la cual, gracias al trabajo conjunto de las autoridades citadas y de la Fiscalía de Nueva York, retornó al suelo morelense, el 19 de mayo.
El monumento, que también recibe el nombre de Portal al Inframundo, al ser la representación de un animal mítico con sus fauces abiertas, fue monitoreado por restauradores antes, durante y después de su traslado desde Denver, Colorado, en un avión facilitado al INAH por la Secretaría de la Defensa Nacional. En las semanas subsecuentes, el monolito, expoliado a mediados del siglo XX, fue puesto al disfrute del público en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos, donde aún se puede visitar.
Desde Estados Unidos, también se recuperaron otros bienes: un incensario maya de barro, el cual, por sus características, se estima data de entre los años 500 y 700 d.C.; así como lotes enteros de objetos arqueológicos, como 2,158 puntas de proyectil hechas en pedernal, calcedonia y obsidiana, y cuya antigüedad se ha establecido entre los años 3000 a.C. y 600 d.C.
Naciones europeas que son aliadas de México en su lucha contra el saqueo y el tráfico ilícito de bienes culturales también participaron de la devolución de numerosos conjuntos de piezas arqueológicas. Puede citarse a Italia que, en marzo, reintegró 43 piezas arqueológicas de diversas filiaciones culturales, creadas entre los años 200 y 600 de nuestra era.
Hacia junio, se anunció la entrega a especialistas del INAH de un yugo de piedra sedimentaria recuperado en Austria. Los rasgos de esta pieza son propios de la tradición escultórica de la Costa del Golfo de nuestro país, hacia el periodo Clásico mesoamericano (400 y 900 d.C.).
Desde Alemania sobresalió la devolución, en julio, de un relieve tallado en roca, de estilo maya y cuya temporalidad se estima entre los periodos Clásico Tardío y Posclásico mesoamericanos (750-1244 d.C.), tiene la representación de un cráneo de perfil y habría formado parte de un tzompantli, nombre dado a las estructuras en las que se colocaban hileras de cráneos humanos de guerreros o prisioneros que eran sacrificados rituales religiosos en Mesoamérica.
Cabe destacar que, además de posibilitar repatriaciones de patrimonio de manera continua, con resultados como la reciente restitución de 46 piezas arqueológicas recuperadas por el Consulado de México en Houston, Texas, el INAH brindó seguimiento a casos de devoluciones culturales hechas en años previos.
Fue el caso de la colección “Maaso Koba”, compuesta por 24 objetos rituales de las naciones yaquis del norte del nuestro país, el cual, si bien fue oficialmente restituido a México en junio de 2022, desde el Museo de la Cultura del Mundo de Gotemburgo, Suecia, donde estuvo por casi 90 años, fue entregada en junio por representantes del INAH, del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, la Guardia Nacional y el Gobierno de Sonora, a las autoridades tradicionales de la localidad de Vícam Pueblo, en un evento realizado bajo la ‘ramada’, un sitio ancestral de reunión y deliberación para los pueblos yaquis.