El Pánico por una posible recesión en EE.UU. desata el colapso de las bolsas globales

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Por: Paul Cabrera

En una jornada que será recordada por su volatilidad, los inversores alrededor del mundo han reaccionado con pánico ante la posibilidad de una recesión en la economía de Estados Unidos, provocando fuertes caídas en los mercados bursátiles. En Europa, el índice Euro Stoxx 50 retrocedió un 1.4%, mientras que el Ibex 35 principal índice de la Bolsa española, sufrió una caída del 2.3%, en su peor jornada desde la crisis del Credit Suisse en marzo de 2023. En Estados Unidos, Wall Street también sintió el impacto, con el Nasdaq Composite bajando un 3.4%, el Dow Jones un 2.6% y el S&P 500 un 3%. Sin embargo, la caída más dramática se registró en Japón, donde el índice Nikkei se desplomó un 12.4%, marcando su peor jornada desde 1987.

La tormenta financiera comenzó el pasado viernes con la publicación de un decepcionante informe de empleo en Estados Unidos. En julio, el país creó solo 114,000 puestos de trabajo, muy por debajo de los 175,000 esperados, y la tasa de desempleo aumentó al 4.3%. Este informe minó la confianza de los inversores, que esperaban que la economía estadounidense pudiera soportar los altos tipos de interés sin entrar en recesión.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sugirió mantener las tasas de interés hasta septiembre, lo que generó más preocupaciones sobre un posible enfriamiento económico. Sin embargo, el índice del sector servicios ISM mostró un aumento a 51.4 en julio, lo que calmó temporalmente a algunos analistas.

Las valoraciones elevadas de las grandes empresas tecnológicas, que habían impulsado las alzas en Wall Street, también han contribuido a la volatilidad. Empresas como Nvidia, Alphabet, Microsoft, Apple, Meta, Amazon y Tesla han liderado el mercado en 2023, pero los inversores comienzan a dudar de la sostenibilidad de estos niveles, especialmente con la paciencia agotándose en cuanto a la monetización de las inversiones en inteligencia artificial.

La situación se agravó con la caída del Nikkei, impulsada por el aumento del yen tras la subida de los tipos de interés del Banco de Japón. Esta apreciación de la divisa castigó a los inversores que utilizaban estrategias de “carry trade”, donde se endeudaban en yenes para invertir en activos de mayor rendimiento en Europa y Estados Unidos.

Los analistas de Citi y JPMorgan han expresado su preocupación por los riesgos crecientes de un “aterrizaje forzoso” de la economía. Por su parte, Dario Messi de Julius Baer señaló que el sentimiento negativo ha llegado en un momento de baja negociación, típico de agosto, lo que ha amplificado las oscilaciones del mercado.

La fuerte caída en los mercados ha llevado a algunos analistas a prever una intervención de la Reserva Federal más agresiva, con posibles recortes de tasas de interés en septiembre. Mientras tanto, los inversores están rotando sus carteras hacia valores defensivos y aumentando la demanda de bonos del Tesoro estadounidense, cuyo rendimiento a diez años ha alcanzado el 3.7%.

La bolsa de valores es fundamental para la economía global, ya que actúa como un termómetro de la confianza de los inversores y el estado de la economía. Las caídas abruptas pueden indicar problemas económicos subyacentes y afectan tanto a grandes corporaciones como a pequeños inversores, influyendo en decisiones de inversión y consumo. Entender estos movimientos es crucial para tomar decisiones financieras informadas y anticipar posibles intervenciones económicas.

En conclusión, las turbulencias actuales en los mercados bursátiles reflejan la incertidumbre sobre el futuro económico de Estados Unidos y la capacidad de las políticas monetarias para estabilizar la situación. La vigilancia y análisis continuos serán esenciales para navegar estos tiempos volátiles y proteger los intereses de los inversores.

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