
Nemesio García Naranjo, fué ministro de Educación Pública de 1913 a 1914, fué profesor de Historia de México en la UNAM, orador excelente, Diputado Federal, autor de libros, abogado, escritor, fue un
mexicano e intelectual honesto material, moral, y ético.
Se sugirió este escrito en homenaje a su memoria al haber nacido el ocho de marzo de 1883.
EL SIMBOLO DEL NOPAL, fue un artículo que escribió Nemesio García Naranjo dedicado al escultor mexicano Luis Hidalgo, que tenía el Nopal como Símbolo y emblema de su obra.
Una parte de ese artículo nos dice:
EL NOPAL, es emblemático de México porque es agresivo, viril, hermoso y se sostiene con heroísmo ejemplar: no ha menester de la caricia de los manantiales para germinar; no requiere el castigo encantado de la poda para crecer; no necesita el esmero cuidadoso del hortelano para perpetuarse…
Nace en regiones áridas y polvorientas en donde fracasarían los álamos, los pinos y los fresnos; se desarrolla bajo las saetas de un sol quemante; se nutre frugalmente de las rocas y del aire; conserva su verdor eglógico a través de las cuatro estaciones; levanta sus pencas hostiles contra las inclemencias que lo rodean; y exprimiendo gota a gota a las peñas avaras que lo sustentan, sabe convertir los jugos que le dan vida en el almíbar de las tunas carmesíes que se ofrendan entre espinas como si quisieran significar el enorme sacrificio con que fueron elaboradas.
Como el nopal es nuestro pueblo. La historia no ha sido para México un himno sino una elegía. Pazos. Francia, que tan mundo, a nosotros nos quiso que tantas veces han demostrado la mitad de nuestro territorio y México, rodeado de infortunios, ha clavado sus raíces en las peñas donde se quebrarían las hojas de acero de los arados; ha extraído miel hiblea de las rocas; ha conservado en medio de las tragedias el color exultante de la esperanza inmortal; y en la frugalidad astringente de los desiertos, ha sabido cosechar las rosas fragantes y los frutos sazonados de una cultura superior.
Por eso has hecho bien, querido artista, en escoger la cáctea áspera como símbolo de su existencia. Sigue considerando al nopal como linfa de Castalia, bandera de combate, mandamiento de una religión. Ninguna otra planta podría ofrecerte mejor modelo en esta gigantesca ciudad de indiferencia y de hierro, Desde un punto de vista espiritual, Nueva York es tan polvosa y acre como nuestras nopaleras. Aquí las palmas de marchitan y los laureles pierden su follaje. No basta tener color y perfume para triunfar: se hace necesario envolver el espíritu en espinas para sobreponerse al medio hostil y dominarlo. Hay que ser fuerte, agresivo y sobrio; en una palabra, hay que aprender a vivir en el desierto.
Y como la vida del artista es una lucha perpetua, el nopal tiene que ser la alegoría irreprochable de los cruzados de la belleza. Te ha enseñado mucho y te seguirá enseñando a ser orgulloso, impulsivo y tenaz.
Cada vez que recibas un golpe y sufras un desencanto, acuérdate de la plante heroica y piensa que siempre se puede seguir hacia adelante; siempre el empuje de las raíces puede romper la dureza de las rocas; siempre se puede sacar alimento del aire; siempre se puede prescindir de la voluptuosidad y del placer; siempre se puede incrustar en las llanuras más áridas y monótonas, el estremecimiento gloriosa de la vida universal.
Finalmente el Nopal nos crea un término filosófico cuando se dice que al Nopal solo se le recuerda cuando tiene tunas (Filosofía del Pueblo).
Igualmente el Nopal tiene una maravillosa leyenda: Huitzilopochtli convenció a su pueblo de dejar a Aztlán en busca de un nuevo territorio, el que se localizaría en donde se encontrara una Águila posada solo en un nopal devorando a una serpiente, Así nació un gran pueblo.
Hay un poema del Licenciado Gonzalo Ramos Aranda que concluye “formo parte de la historia de MÉXICO, de su gloria ojalá el pueblo me aprecie, que aparezco en la bandera, tricolor, sacra….. señera”.