El omeprazol es uno de los medicamentos más utilizados en el mundo para tratar problemas estomacales como la gastritis y la úlcera péptica. Desde su desarrollo en 1980, ha sido una alternativa popular a otros fármacos como la cimetidina y la ranitidina. Sin embargo, su consumo indiscriminado y sin la adecuada supervisión médica puede traer consecuencias graves para la salud.
En México, el uso del omeprazol se ha vuelto tan común que muchas personas lo adquieren sin receta médica, utilizándolo ante la más mínima molestia estomacal. Esta práctica, aunque generalizada, es peligrosa. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha emitido recientemente una advertencia sobre los efectos negativos del uso excesivo de este fármaco.
Un estudio de la Universidad de California, citado por la UNAM, revela que los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, pueden aumentar significativamente el riesgo de daños renales. Según los hallazgos, el uso excesivo de estos medicamentos eleva la probabilidad de desarrollar enfermedades como:
Además, el consumo prolongado de omeprazol también se asocia con un mayor riesgo de cáncer de estómago, inhibición de la absorción de hierro y disminución de los niveles de vitamina B12, todos ellos factores que pueden agravar la salud del paciente.
La doctora María Jiménez Martínez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, confirmó que estos efectos adversos son reales y peligrosos. Explicó que desde hace años se han estado realizando estudios para comprender mejor los daños que los IBP causan en los riñones, destacando la preocupación por el aumento del riesgo de enfermedades renales en quienes usan omeprazol de manera crónica.
“Es un medicamento útil, pero no hace milagros. No se debe usar sin prescripción médica”, afirmó la doctora Jiménez Martínez, subrayando la importancia de que los pacientes sigan las indicaciones del médico y no caigan en la automedicación.
Otro estudio, publicado en 2020 en la revista PLOS ONE, refuerza la conexión entre el uso prolongado de omeprazol y el deterioro de las células tubulares en los riñones, lo que incrementa el riesgo de enfermedad renal crónica. Estos hallazgos subrayan la necesidad de un uso controlado y supervisado de este fármaco.
La UNAM recomienda que el omeprazol se utilice únicamente bajo la supervisión de un médico, quien determinará la duración y la dosis adecuada del tratamiento. Es fundamental que los pacientes comprendan los riesgos asociados con el uso prolongado y la automedicación, y que busquen alternativas y cambios en su dieta y estilo de vida para mejorar su salud estomacal sin depender exclusivamente de medicamentos.
El omeprazol puede ser un aliado en el tratamiento de problemas gástricos, pero su uso irresponsable puede traer más perjuicios que beneficios. Infórmate y consulta siempre a un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento.
Crédito: La Verdad Noticias