
El ser humano desde sus etapas primitivas se comunicó primero a través de las señales de humo y después, como hasta ahora, usando el contenido de la llamada gramática.
Se señala que la gramática en su expresión simple se construye con las denominadas letras que integran un conjunto de esquemas, pautas, reglas y generalizaciones pertinentes construyendo un alfabeto.
Así la comunicación se da entre los seres humanos respetando las reglas de la gramática que nos enseñan que esta tiene 4 partes: Prosodia ortográfica, sintaxis y morfológica.
Toda la gramática va ivolucionando, va modificándose, y su propio uso por parte de la población la va adecuando.
Esto acontece en cuanto a la categoría del género humano que se clarifica como Femenino y Masculino.
Esto último ha generado debates todavía sin concluirse como consecuencia de la evolución de la sociedad y la aplicación y uso del lenguaje inclusivo que conduce a la igualdad la equidad y el respeto a todas las personas Así en esa evolución llega a la etapa que podemos denominar FEMINIZACIÓN – LINGÜÍSTICA.
En el caso Darío Villanueva en su libro “Morderse la Lengua” corrección política y posverdad” en el que nos señala que las autoridades 2 francesas reconocieron que no había obstáculo para implantar el principio de feminización de los nombres de empleos, cargos o funciones en la administración pública y el gobierno de la Republica y por ejemplo en lugar de Madam la minstre se usara Madame le Ministre.
Sobre la Feminización Lingüística en Francia se dijo:
En lo referente a la Académie francaise, es de destacar la publicación en febrero de 2019 de otro importante documento sobre la féminisation des moms de métiers et de fonctions dredactado por dos académicas, Daniele Sallenave y Dominique Bona, y dos académicos, Gabriel de Broglie y Michael Edwards, que reconocieron que ya no había <ningún obstáculo de principio a la feminización de los nombres> de empleos, cargos o funciones en la administración pública y el Gobierno de la República. Algo a lo que hasta el momento los <inmortales> franceses se habían opuesto, incluso de manera expresa, como cuando en 1998 la institución criticó duramente al socialista Lionel Jospin por pedir a las Administraciones públicas que usaran el término femenino para referirse a las profesiones donde era corriente hacerlo. Este importante documento anuncia que la feminización de los nombres de oficios, empleos y funciones aparecerá reflejada en la nueva edición del Dictionnaire de I’ Académie Fracaise que se publicará en versión digital, lo mismo que sucederá con nuestro Diccionario de la lengua española a partir de la vigesimocuarta edición (la anterior apareció, como bien se sabe, en 2014. La novena del diccionario francés comenzó en 1994). En entregas anteriores, como la de 1925 en que se introdujo ya catedrática, el Diccionario había ido incorporando sucesivas feminizaciones en la misma dirección. Desde 1992, embajadora es definida como <agente diplomático de primera clase>, corrigiendo el diccionario de 1925 donde se recoge ya la acepción <mujer que lleva una embajada> junto a la única reseñada hasta entonces <mujer del embajador>.
Una escritora; Andrea Álvarez dijo al respecto:
“El mundo occidental se encuentra en un periodo de transición de una cultura”, machista patriarcal a una cultura en la que el hombre y la mujer negocian entre ambos la vida de la familia, algo especial ocurre en la participación del espacio público y juntos se construirá un mundo más democrático, en donde se respeten los derechos de todas, independiente de orientaciones sexuales, clase social o razas.”