Los deportes son una de las principales opciones de entretenimiento televisivo, a título personal los disfruto y son parte importante de mi día a día la mayoría de ellos; por ahora las olimpiadas terminaron las cuales por cierto, se agradece que en tiempos del “todo plus” (donde hay que pagar por ver todo), hubiéramos tenido excelentes transmisiones en distintos canales de YouTube sin ningún tipo de costo y al alcance en cualquier dispositivo. Además de este evento y luego de 2 importantes copas de fútbol en el verano, todo parece regresar poco a poco a la normalidad en nuestra pantalla mexicana aunque el fútbol de nuestro país permanece en un limbo mientras se disputa la famosa “Leagues Cup” en los Estados Unidos entre los equipos de la MLS y la Liga MX y que además solo se transmite por la plataforma de pago de la manzanita, “Appletv+”, pero pagando un extra adicional por el apartado de deportes para poder tener todos los partidos. Esto, al igual que el año pasado, me hizo preguntarme ¿qué tan atractivo es para el público mexicano hoy en día un torneo más en nuestras pantallas? De entrada y a decir por los tristes marcadores, este no nos ayuda en nada, y no solo en dicho torneo, en general el desempeño que vemos en todas las justas a nivel nacional e internacional es terrible ¿De verdad somos tantos los que pagamos por tener acceso a verlo? ¿La gente si lo está viendo? Porque desde los pésimos resultados de la edición anterior a mi me parece más una forma de hacerse de dinero a costa principalmente de los aficionados mexicanos que están del otro lado y pueden ver en una ocasión al menos a su equipo predilecto o sentir esa cercanía a través de una app de streaming enfocada más en su mercado que en el nuestro (nosotros somos el pilón).
Como televidente y aficionado puedo decir lo cansado que estoy de ver un nivel de juego en el futbol que solo nos deja mal parados y frustrados cuando nos damos cuenta la cantidad de dinero que gastamos en dicho deporte y las cantidades que sus jugadores y directivos se llevan y que nosotros mismos directa o indirectamente desembolsamos por cualquier tipo de consumo que hacemos; empezando por pagar una plataforma o sistema de televisión para poder “disfrutar” de sus partidos, cuando otros atletas lucharon por poder llegar a Paris por su propio mérito y esfuerzo aun contrato todos, contra el poco foco de atención que le damos a su trabajo y digna dedicación.
Y mientras estos otros atletas hacen su mayor esfuerzo sin ningún tipo de recompensa ni apoyo, nuestros protagonistas del balompié en México solo reciben a manos llenas dinero y aplausos por dar el mínimo. Es cierto que el futbol soccer en nuestro país como en el resto de Latinoamérica pesa muchísimo más que cualquier otro deporte, paraliza a la sociedad como en pocos lugares del mundo y es por eso que resulta tan triste que algo que amamos tanto nos dé tan poco a cambio, nos haga al favor de dar casi nada a un espectador que sin pensarlo hace todo cuando otros deportistas nos provocarían una mayor alegría con mucho menos de la mitad de lo que todo lo que el negocio de nuestra liga recibe. Es como vivir aferrados a un amor tóxico que sabemos que no va a cambiar, pero nos aferramos a que un día será diferente. Sé que mi espacio no es de deportes pero como lo digo arriba, son parte de nuestro entretenimiento, de nuestra pasión y por eso no podemos dejar del lado hablar de ellos.
El futbol en México mueve como pocas cosas, no solo en transmisión; también en mercadotecnia, productos, jerseys, entradas, eventos especiales; es un monstruo del marketing y el dinero, y por todo eso qué satisfacción real recibimos, quejas cada semana por el terrible desempeño de nuestros jugadores. Mientras esto ocurre, otros deportes, otras disciplinas, la liga femenil de futbol lucha por tener un poco más de espacio y nosotros nos negamos a verlos. Somos esa amiga que no quiere abrir los ojos a su triste realidad porque siempre nos dicen que es la última vez que pasa. Ya es tiempo quizá de verdaderamente darle foco y apoyo a los deportes que si pueden entretenernos y darnos satisfacción, porque como en cualquier relación, la ausencia y la distancia es lo que puede ayudar a crear algo mejor… “amiga date cuenta”.
POR ANGEL SARMIENTO
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