La Pared de Marlen Haushofer

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La Pared (1963) es una novela distópica eco-feminista escrita por la autora austriaca Marlen Haushofer. Narrada en una continua prosa, sin divisiones de capítulos y en largos párrafos, explora dos años, aproximadamente, de una mujer sobreviviendo sola en los Alpes en el medio de la naturaleza. La protagonista y narradora emprende un viaje con su prima y el esposo de esta a una remota cabaña de cacería, y repentinamente se encuentra aislada del mundo a su alrededor enteramente. Sus familiares están ausentes, y al tratar de investigar yendo hacia el pueblo donde estos habían partido la noche anterior a cenar, se enfrenta a la espeluznante realidad de una pared invisible que la separa de la civilización. El mundo fuera de la pared parece haberse detenido por completo: las personas que puede ver a la distancia están paralizadas en el medio de las acciones que estaban realizando, y nada se mueve a su alrededor. La protagonista no sabe los límites de la pared, y si esta rodea todo el bosque, ni si ella es la única sobreviviente de esta silenciosa e inmóvil catástrofe. Acompañada del perro de cacería de la casa, una vaca, y una gata silvestre, la protagonista crea una vida para si misma en el bosque. 

Sin embargo, Haushofer no se enfoca en el aspecto distópico de la novela; la protagonista no deja que su mente pase demasiado tiempo planeando en cómo escapar, o intentando entender la naturaleza de la pared. En lugar, comienza a trabajar e intentar sobrevivir con las pocas herramientas que se encuentran en la cabaña y los alrededores. Esto lleva a que comience a escribir una bitácora de su tiempo en el bosque, en el caso de que alguien algún día lo encuentre. Este es el texto que leemos, a través de la memoria narrada por la protagonista en retrospectiva al final de la novela. 

Esta soledad lleva a un dialogo interno sobre la condición humana, sobre la quietud de la naturaleza, y su amor y dependencia hacia sus animales. Haushofer propone una idea de una mujer sola cuestionándose las convenciones sociales a las que estuvo subyugada durante toda su vida, a las expectativas familiares como madre y esposa, pero más que nada, su posición como mujer en el mundo. La idea del género se vuelve nebulosa en su cabeza, ya que muchas de sus reflexiones narran su rechazo hacia la vida que vivía. La protagonista, en el medio de esta catástrofe, piensa en su esposo e hijas únicamente un par de veces, ya que se da cuenta de que siempre anheló esta soledad de una manera u otra. 

Haushofer propone una crítica feminista de peso inmensurable; discutiendo como el capitalismo y la estructura patriarcal de nuestras sociedades delimitan nuestras ideas de identidad como proveedores y personas que cuidan a los que están a nuestro alrededor. Sus mayores preocupaciones son sus animales, pero no desde una perspectiva maternal, sino una de seres que viven en armonía y se cuidan unos a otros. Asimismo, la idea de la identidad se deshace al no tener contacto con el mundo exterior. La narradora piensa en su nombre y como este ya no carga peso. Al ver su aspecto cambiar después de dos años expuesta a los elementos y tras hacer trabajo manual extremadamente pesado, se da cuenta que su cara y apariencia no cargan ningún valor en el bosque. Sus animales la cuidan porque ella cuida de ellos, la naturaleza provee porque ella la mantiene viva. La Pared es una excelente reflexión sobre el aislamiento, la identidad, el peso de las expectativas sociales sobre las mujeres, y la inherente relación entre la naturaleza y un ser humano que depende enteramente de ella. 

“Simplemente podía olvidar que era una mujer. A veces era un niño buscando fresas, o un hombre joven cortando madera, o, cuando me sentaba en la banca viendo el atardecer, […] era una creatura asexuada. […] No soy fea, ni atractiva. Soy más un árbol que una persona” (Haushofer 66)

Bibliografía:

Haushofer, Marlen. The Wall. New Direction Books. 

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