No olvidemos la esencia de la historia

General

Dotar a un pueblo de un pasado común y fundar en ese origen remoto una ENTIDAD COLECTIVA, es quizá la más antigua y la más constante función social de la historia.

                   La historia forja y dá vida a los pueblos que la estudian y que la crean con su esfuerzo.

                   Un autor mexicano Enrique Florescano escribió un libro “La Función Social de la Historia”, todo su contenido es un aprendizaje y una orientadora enseñanza.

                   La Historia, nos dice el autor, al explicar cómo se ha formado la nación, proporciona a los ciudadanos los medios para elaborar su propia opinión sobre la evolución política y social de su patria y del mundo. “La Historia dice “prost” es la más adecuada que ninguna otra disciplina para formar ciudadanos.

                   Los tiempos de hoy nos deben hacer comprender a través de la historia que los ciudadanos debemos valorar lo positivo de los seres humanos que han hecho historia, porque es necesaria la consolidación de una nación unida.

                   El Historiador no es un Juez, decía Lucien Febvre, la historia no es juzgar, es comprender y hacer comprender, ningún pueblo puede dejar de tener historia: Los tiempos actuales requieren de ese conocimiento, pero llevado a consolidar la felicidad de la población.

                   La historia no es para demandar olvido de nada ni de nadie, pero si para ver que los tiempos nuevos se construyen con unidad con solidaridad para vivir y enfrentamos a las nuevas épocas.

                   Ahora, recordamos que un 21 de marzo nació el Lic. Benito Juárez García, que fue un hombre político en la acepción cabal del término y por ende conciliador sin claudicar.

                   Quería y estaba obligado por su patriotismo a construir un México mejor y lanzo su pasión, su esfuerzo a conseguirlo.

                   Juárez busco asimilar los intereses de México con los de la humanidad entera. Lucho por la vigencia de las Instituciones.

                   En la esencia de nuestra historia está la vida del Licenciado Benito Juárez García. Caudillo en el naufragio del orden constitucional provocado por las luchas internas y la invasión extranjera; se reconoce como hombre de Estado haciendo vigente a la Ley; se le admira como el gran Presidente de una reconstrucción: hombre con fortaleza, fé, tenacidad, honestidad, dominio de si mismo, patriotismo sólo al servicio de la Patria Mexicana.

                   Juárez y los hombres que intervinieron en esa gran historia de México, son ejemplo de una convicción férrea para consolidar la independencia y soberanía de nuestro país.

                   Hubo permanente valor, honradez, patriotismo en especial en las horas amargas y más difíciles de esas batallas.

                   Quedó gravado en la conciencia nacional, palabra que hoy adquieren mayor relevancia: “Que el pueblo y el gobierno respeten los Derechos de todos. Entre los individuos como entre las Naciones, el Respeto al Derecho Ajeno es la Paz”

                   Leamos con honestidad intelectual la vida de Juárez, analicemos sus grandes virtudes de quien fue hasta la muerte un verdadero y lucido hombre de Estado.

                   Los rasgos característicos de la personalidad de Juárez, insertos en la realidad social, nos revelan su colosal estatura y el impulso fundamental que como individuo imprimió el rumbo histórico de México.  

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