Para ganar hay que quemar no solo las naves sino también la bandera blanca

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En todas las actividades de la vida se debe actuar partiendo de la razón y la ética, para conquistar la felicidad y la paz de los seres humanos.

A veces se toman las decisiones con el corazón y la lógica; y hay ocasiones en las que hay que quemar la bandera blanca y correr el riesgo de que haya suerte, (esto para los que creen en ella).

A veces también para ganar hay que saber cuántos riesgos se pueden correr y no abusar de la frase muy mexicana de “Hay Dios Dirá”.

Mi maestro de preparatoria me dijo, que para entender esto se leyera la vida de seres humanos triunfadores.

Se me ocurren al caso algunos comentarios sobre los ejemplos de lucha del gran romano JULIO CESAR. Gaius Tulius Caesar, hombre creador de la historia, y un ser trascendente en la antigua Roma.

Es una personalidad, en lo privado como en lo colectivo, de suma importancia y constructor de la historia.

Se señala que su ascenso al poder marco la transición entre la Republica y el Imperio, dos de las etapas intensas de Roma.

Fue estadista, dictador, general, militar que conquistó amplios territorios para la Republica Romana, fué esplendido orador, escribió un tratado de astronomía, otro sobre la religión en la república, y un estudio sobre el latín.

Interesante que no se haya declarado Emperador, pero creó las bases del poder absoluto que ejercieron los siguientes Emperadores, fué sólo Pretor y Procónsul en los años 90 A.C.

Se le considera un ser semidivino, descendiente de Venus y de Eneas, y fué al fin y al cabo un salvador de Roma.

El pueblo lo admiraba y quería, sus seguidores le eran fieles. Su ejército lo respetaban y lo imitaban en la rudeza de sus batallas.

El Senado lo designó Dictador cargo que desempeñó 10 años.

Fernando Garcés Blázquez en su libro “Historia del Mundo” nos señala que sobre Julio César se cuentan tantas anécdotas, que su vida es una historia en sí misma. Nadie lo sabía mejor que él. Durante una travesía en altar mar se desató una terrible tempestad que echó a pique la escuadra a su mando. Uno tras otro, los barcos eran presa de los escollos, pero imperturbable, en medio de la tormenta, César repetía a los aterrados remeros de su galera: <>. En otra ocasión siendo aún joven, unos piratas lo apresaron, ignorantes de su alcurnia, los captores pidieron 20 talentos por su rescate, el prisionero, al escuchar este precio, 3 se enfureció y les exigió subir la cantidad a 50. Una vez liberado, César reunió a un grupo de mercenarios e hizo prisioneros a sus antiguos captores. La máxima autoridad de la zona le pidió que los vendiera, pero César, haciendo caso omiso de la órden, ejecutó a los piratas por haber «desvalorizado>> su persona. En tan alta estima se tenía César que su rostro fué la primera imagen de un personaje vivo representada en una moneda (con anterioridad, eran dioses o animales simbólicos).

La fortuna de César, además de contar con la ayuda de los dioses, contó con el apoyo financiero de Marco Licinio Craso, el general que derrotó a Espartaco y uno de los mayores millonarios de la historia. Llegó a acumular 170 millones de sestercios, una cantidad casi igual a la a la del tesoro de Roma y que se ha estimado equivalente a 169.800 millones de dólares.

César, en contra de lo que la gente cree, nunca fue emperador. De hecho, le asesinaron por miedo a que llegara a proclamarse Rey. El gobernante que puso fin a la República romana fue el hijastro de César y primer emperador de Roma: Cayo Julio César Augusto (63 a.C.-14 d.C.). Pese a no ser emperador, Cesar gozó de una autoridad natural muy superior a la de muchos emperadores anteriores y posteriores. La palabra César pasó a ser sinónimo de poder y en la misma Roma, y varios siglos más tarde, también en la Rusia de los Zares (<> en ruso).

César fue designado Flamen Dialis (Sacerdote de Júpiter).

La vida de Julio Cesar realmente es interesante, no sólo cambió la historia de Roma sino de la humanidad. “Álea iacta est” “la suerte está echada”. “Los dados están echados”.

Frase que define a Julio Cesar, como una persona segura de sí misma y con ello salvó a Roma.

Se le considera como uno de los cinco caudillos generales guerrillero más inhumano de la historia.

Cuando fue clemente y generoso, la clemencia lo traiciona vale la pena leer y compenetrarse de la vida de este guerrero, creo que hay enseñanzas para los tiempos de hoy.

En su vida Julio Cesar, al igual que otros decididos conquistadores no solo quemó sus naves sino también la bandera blanca.

Tenían sed de conquista.

Rob Riemen “El arte de ser humanos” Taurus

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